Cómo desarrollar la resiliencia en niños y adultos
A veces nos preguntamos cómo se las arreglan aquellas personas que parecen tenerlo todo en contra. ¿Cómo son capaces de sacar lo mejor de las peores situaciones y seguir adelante? También es posible que necesitemos algunas claves para superar las adversidades de ese mismo modo. Para conseguir sobreponerte a las dificultades de la vida, es necesario trabajar un concepto que en psicología llamamos resiliencia.
Esta capacidad se puede cultivar desde pequeños y seguir desarrollándola en todas las etapas de nuestra vida. En este artículo de Psicología-Online, daremos los mejores consejos para saber cómo desarrollar la resiliencia en niños y adultos.
Qué es la resiliencia
La palabra resiliencia viene del latín resilio, significaba volver de un salto, rebotar. Utilizamos este término en psicología para referirnos a la capacidad de sobreponernos ante los contratiempos de la vida. Ser resilientes no significa que nada nos afecte, significa que somos capaces de adaptarnos mejor a las situaciones y a los problemas que nos presenta el mundo.
La mayoría de las personas mostramos resiliencia en diferentes episodios de nuestra vida, podríamos afirmar que es nuestra manera de adaptarnos a las dificultades. Aun así, en ocasiones, los problemas parecen ahogarnos y resulta muy complicado sobreponerse a ellos.
En esos momentos, debemos entrenar nuestra resiliencia psicológica con una serie de pasos y claves. Estos pasos se basan en aceptar los cambios, buscar nuevas oportunidades y aprender de todas las experiencias, entrenar la resiliencia también comporta hacer ejercicios para aprender a ser más positivos.
Cómo desarrollar la resiliencia en niños
Si entrenamos al máximo nuestra capacidad de sobreponernos ante las adversidades desde pequeños, llegaremos a ser personas mucho más resilientes con el paso de los años. Podemos fomentar la resiliencia en los niños con los siguientes pasos:
- Establece vínculos fuertes con el niño o la niña: el apego es muy importante en el entrenamiento de la resiliencia, nos muestra que no estamos solos y que otras personas pueden ayudarnos en nuestros malos momentos. Como personas adultas, podemos proporcionarle seguridad y protección al pequeño mediante muestras de apego y afecto.
- Enséñale a aceptar los cambios: cuando somos pequeños, debemos aprender que no todo depende de nuestras decisiones, hay cosas que no podemos controlar y eso no es malo. El cambio forma parte de nuestra vida y debemos aceptarlo lo antes posible, de este modo, evitaremos frustraciones en un futuro. En este artículo verás cómo aprender a aceptar la realidad.
- Resuelve las dudas que pueda tener: un niño o niña con inquietudes nos va a preguntar sobre todo lo que le rodea, si no se le resuelven las dudas adecuadamente, estas pueden producir preocupación y ansiedad por lo desconocido.
- Enséñale a cultivar las amistades: del mismo modo que el apego en la familia fortalece la resiliencia, aprender a tener buenas relaciones personales ayuda al pequeño a establecer una mejor red social de apoyo. Además, el niño se sentirá aceptado por sus iguales y amparado en otros ambientes no familiares.
- Anímale en sus metas: es posible que el pequeño tenga inquietudes y empiece a desarrollar proyectos individuales (empezar a dibujar, hacer manualidades, aprender un nuevo deporte...). Es muy importante que le ayudemos a perseguir su objetivo. Posiblemente, no le salga todo bien a la primera, pero es importante que aprenda a ser persistente y a no abandonar sus sueños a pesar de las primeras frustraciones.
- Déjale que tome pequeñas decisiones: por ejemplo, déjale elegir qué ropa se va a poner al día siguiente o qué libro quiere leer a continuación. Enseñarle que él o ella posee el poder de cambiar pequeñas cosas hará que en un futuro posea herramientas para modificar lo que esté en sus manos y, así, adaptarse mejor a los cambios.
Cómo desarrollar la resiliencia en adultos
Si a lo largo de nuestra vida no hemos entrenado nuestra resiliencia, no pasa nada. Aún estamos a tiempo de cultivar la capacidad de sobreponernos ante los problemas de la vida. Esta vez, basaremos los consejos en la resolución de conflictos y en aceptar partes de nuestro pasado que todavía nos torturan.
- Acepta la realidad: tal y como hemos mencionado en las claves para desarrollar la resiliencia en niños, aceptar que hay acontecimientos que no podemos controlar, nos ayuda a supera las frustraciones y a seguir adelante con más facilidad, centrando nuestra atención en lo que sí podemos cambiar.
- Cultiva tu círculo de amistades: las redes sociales de apoyo son un pilar importante en el entrenamiento de la resiliencia psicológica, sentirnos acompañados y queridos fomenta nuestra autoestima y nos supone una herramienta más para resolver los problemas del día a día. De lo contrario, sentirnos solos fomenta los problemas como la depresión o una mala autoimagen.
- Conócete: saber más de nosotros mismos nos ayuda a solucionar mejor los problemas. De este modo, sabemos como podemos actuar de la mejor manera, buscando nuestras fortalezas y nuestros puntos más débiles.
- Maneja tus habilidades sociales: aprender a relacionarnos no solo fortalece nuestro círculo de amistades, también nos ayuda a hablar con personas conflictivas y a evitar discusiones con estas. Además, saber comunicarnos ayuda a que las demás personas respeten y tengan en cuenta nuestras necesidades.
- Cuida tus necesidades: quererse y ponerse a uno mismo como prioridad no es egoísta. Los autocuidados son una pieza clave en el fomento de la resiliencia, de este modo, también cuidamos nuestra autoestima y estamos más preparados para enfrentarnos a todo lo que nos pueda venir.
- Aprende del pasado: no siempre tomamos las mejores decisiones en la vida, pero en vez de torturar nuestra mente y seguir anclados en esos errores, podemos aprender de ellos y dejar que formen parte de nuestra experiencia.
Si saber más sobre cómo trabajar la resiliencia en adultos, te recomendamos leer el libro Resiliencia: ¿Cómo me levanto después de caer? En este libro, la reconocida psicóloga Marisa Salanova te invita a comprender en profundidad qué es la resiliencia, cuáles son los factores psicosociales que facilitan su desarrollo y el enorme potencial que esta puede aportar a nuestra vida.
Frases y reflexiones para desarrollar la resiliencia
A lo largo de la historia, muchos pensadores han escrito sobre la resiliencia o, si más no, sobre nuestras fortalezas psicológicas. A continuación, mostraremos algunas de las frases más célebres para desarrollar la resiliencia:
- Recuerda siempre que eres más grande que tus circunstancias, eres más que cualquier cosa que te pueda ocurrir. - Anthony Robbins
- La mayor gloria no está en no caer nunca, sino que en levantarnos cada vez que caemos. - Confucio
- El mundo rompe a todos, y después, algunos son fuertes en los lugares rotos.- Ernest Hemingway
- Nada es absoluto. Todo cambia, todo se mueve, todo gira, todo vuela y desaparece. - Frida Khalo
- Cada "tic-tac" es un segundo de la vida que pasa, huye, y no se repite. Y hay en ella tanta intensidad, tanto interés, que el problema es solo saberla vivir - Frida Khalo
- Aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo. - Friedrich Nietzsche
- Cuando todo parezca ir contra ti, recuerda que el avión despega contra el viento, no a favor de él. - Henry Ford
- Cada adversidad, cada fracaso, cada angustia, lleva consigo la semilla de un beneficio igual o mayor. - Napoleón Hill
- En tres palabras puedo resumir todo lo que he aprendido acerca de la vida: Continúa hacia adelante. - Robert Frost
- No existe tal cosa como “arruinar tu vida”. La vida es muy resiliente, sale de todo. - Sophie Kinsella
- Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.- Viktor Frankl
- Caerse está permitido, levantarse es obligatorio. - Winston Churchill
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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