Hipoprosexia: qué es, causas, síntomas y tratamiento
Vivimos rodeados de estímulos que condicionan nuestra forma de ser, pensar y actuar en cada ámbito que transitamos. Asimismo, las innovaciones tecnológicas han ocasionado que tratemos de dirigir nuestra atención hacia muchas cosas a la vez, dada la amplia variabilidad de estímulos que existe. A su vez, esto explica que nuestra mente pase de un objeto, lugar, situación o persona a otra de forma repentina en vez de centrarse en algo en particular.
Sin embargo, existen personas que presentan más dificultades que otras para focalizar su atención, lo que puede provocar consecuencias desfavorables que perjudican el correcto desarrollo de la vida cotidiana. En este artículo de Psicología-Online, te brindaremos información acerca de la hipoprosexia: qué es, causas, síntomas y tratamiento.
Qué es la hipoprosexia
Podemos entender a la hipoprosexia como una dispersión de la atención que nos hace pasar de un objetivo a otro de un modo constante y que provoca dificultades para mantener el foco atencional en un determinado estímulo por un período prolongado de tiempo.
En otras palabras, la hipoprosexia es un trastorno de la atención que impide centrar la atención en una determinada situación. En consecuencia, la persona con hipoprosexia oscila permanentemente entre distintos estímulos sin poder detenerse en ninguno. Teniendo en cuenta sus características, podríamos incluir a la hipoprosexia dentro de los trastornos por déficit de atención delimitados por el DSM-V[1] a partir de los criterios establecidos para llegar a un diagnóstico adecuado.
Criterios para detectar la hipoprosexia
Como hemos mencionado anteriormente, para diagnosticarla hipoprosexia hay que tener en cuenta una serie de criterios:
- Dificultades en el desempeño escolar y/o laboral.
- Obstáculos en el sostenimiento de la atención en actividades recreativas.
- Complejidad en la comprensión de normas.
- Falla en la organización del tiempo y/o el espacio.
- Distracción reiteradas frente a estímulos externos.
- Olvidos persistentes.
- Duración de seis meses o más.
- Surgimiento de los patrones a partir de los 12 años de edad.
- Deterioro de las relaciones laborales, sociales y familiares.
- Las alteraciones no pueden ser explicadas a partir de la presencia de algún otro trastorno mental y/o la ingesta de medicamentos.
Causas de la hipoprosexia
¿Qué causa la hiperprosexia? Para entender mejor la hipoprosexia y saber cómo tratarla debemos conocer los posibles orígenes del cuadro. Comprender esta información es crucial para establecer alternativas que permitan mejorar los síntomas de este trastorno. A continuación desarrollaremos las causas más frecuentes de la hipoprosexia:
Factores genéticos
La información almacenada en los genes de cada ser humano determina su forma de ser y actuar frente a determinadas situaciones. De esta manera, es posible que las personas con este cuadro clínico presenten alteraciones en las conexiones neuronales que se desarrollan en las áreas de la corteza cerebral, que procesan la información proveniente de estímulos externos.
Esta condición permite comprender que las personas nacen con cierta predisposición a desarrollar esta patología debido a la herencia genética transmitida por sus progenitores. Por este motivo, si alguno de ellos ha sido diagnosticado con este trastorno, existen grandes probabilidades de que la persona también lo tenga.
Factores ambientales
Se trata de las vivencias que han marcado la forma de actuar y enfrentarse a situaciones sociales. Las experiencias traumáticas que ha vivido la persona con hipoprosexia en el pasado tienen una gran transcendencia en este aspecto porque pueden repercutir gravemente en el presente. Por ejemplo, si en algún momento han existido situaciones de violencia física y/o verbal, es posible que la persona fluctúe en su atención como un mecanismo de evasión de la realidad.
Síntomas de la hipoprosexia
Para detectar la hipoprosexia, es necesario conocer las manifestaciones que surgen en el plano de las acciones, pensamientos y emociones. Por este motivo, ahora expondremos los síntomas principales de esta condición:
- Desvío de la atención.
- Dificultad en sostener una conversación.
- Incapacidad de recordar ciertos eventos o acontecimientos del pasado.
- Falla en la organización temporal.
- Olvidos.
- Ansiedad.
- Frustración.
- Angustia.
- Depresión.
- Estado de ánimo variable.
- Sudoración.
- Pensamientos negativos sobre uno/a mismo/a y sobre otros.
No obstante, cabe destacar que la presencia de alguno de estos síntomas de forma aislada no representa necesariamente un cuadro de hipoprosexia. Es indispensable que el diagnóstico sea realizado por un profesional de la salud mental que evalúe los aspectos y experiencias de cada persona en particular.
Tratamiento de la hipoprosexia
¿Cómo se trata la hipoprosexia? Hoy en día existen algunos tratamientos que permiten mejorar la calidad de vida de las personas que sufren hipoprosexia. En los siguientes párrafos, os explicamos los tratamientos con mejor eficacia:
Terapia psicológica
La terapia psicológica es un método que se encarga de trabajar las emociones, pensamientos y conductas que originan los síntomas del paciente. La terapia otorga herramientas para afrontar situaciones de estrés y/o ansiedad de un modo más eficiente a partir de la puesta en práctica de los temas situados en la terapia.
Cuando se resuelven los motivos que ocasionan la hipoprosexia y la persona consigue focalizar su atención en objetivos más delimitados y precisos, sus condiciones de vida suelen mejorar.
Medicación farmacológica
No debemos pasar por alto que este trastorno puede tener una base orgánica. Por esta razón, el suministro de medicamentos que realizan modificaciones en las conexiones neuronales vinculadas al foco atencional pueden brindar una mayor capacidad de comprender los estímulos externos.
Sin embargo, el uso de medicación farmacológica solo debe llevarse a cabo bajo la indicación de un profesional de la salud especializado en la temática.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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