Me falta el aire al respirar: ¿qué puede ser?
La falta de aire al respirar puede ser consecuencia de múltiples causas. En ocasiones, puede aparecer tras realizar esfuerzos físicos, estar expuestos a agentes externos como el humo del cigarrillo o hacer frente a temperaturas extremas. Sin embargo, en otras, puede ser un signo de alarma al constituir un síntoma de alguna enfermedad de mayor gravedad, siendo las más frecuentes las que afectan a los pulmones o el corazón y los trastornos de ansiedad. En Psicología-Online, vamos a dar respuesta a la pregunta de me falta el aire al respirar, ¿qué puede ser? para poder identificar todas las posibles causas y saber, así, cuándo es necesario ponerse en manos de un especialista médico que nos ayude a iniciar el mejor tratamiento en cada caso.
Sensación de falta de aire o disnea
La dificultad para respirar que se manifiesta como una sensación de falta de aire en los pulmones se denomina médicamente como disnea. Dicha sensación de falta de aire puede acompañarse también de otros síntomas como repiración difícil o incómoda, sensación de ahogo o de asfixia, presión en el pecho, incapacidad para obtener la cantidad de aire suficiente y ansiedad.
La disnea puede producirse tanto en una situación de reposo como al desempeñar cualquier actividad, no obstante, factores como la realización de ejercicio intenso, las temperaturas muy extremas o las altas elevaciones pueden causar una falta de aliento momentánea que no constituye, en ese caso, ningún problema de salud. Ahora bien, si la disnea se produce en momentos inesperados y se presenta de una forma repetida, puede ser un síntoma patológico y aparecer en consecuencia a algún tipo de afección o enfermedad. A continuación, explicaremos con detalle cuáles son las posibles causas de la disnea.
Falta de aire por ansiedad
Tanto la falta de aire como la sensación de ahogo o asfixia se encuentran entre los síntomas de la ansiedad. Una persona con ansiedad puede sentir como si su pecho no fuera a abrirse lo suficiente para contener todo el aire, que ha perdido el control de su respiración o que su nariz se encuentra tapada y, por ende, no puede respirar con normalidad. A pesar de que esto puede experimentarse en momentos puntuales de mayor tensión, cuando la ansiedad deriva en un trastorno crónico, estas sensaciones se pueden llegar a experimentar incluso durante todo el día.
La hiperventilación (respiración rápida o profunda) que se produce en consecuencia a la falta de aire o de aliento provoca una reducción de dióxido de carbono y calcio en la sangre, lo cual comporta que los vasos sanguíneos del cerebro se acaben constriñendo dando lugar a síntomas como mareos, dolores de cabeza, desmayo, entumecimiento, taquicardia, dolor en el pecho, etc.
Sensación de falta de aire al dormir
Muchas personas dicen sentir experimentar esa sensación de falta de aire mientras están acostados y, en este caso, la dificultad respiratoria se denomina disnea paroxística nocturna. Cuando se padece, el afectado ve interrumpido su sueño debido a episodios nocturnos repentinos de falta de aliento.
La disnea paroxística nocturna es una condición frecuente en pacientes con problemas pulmonares o cardíacos. Su tratamiento debe estar enfocado a atender la causa que lo origina, por lo que es muy importante ponerse en manos de un especialista. Algunas personas se dan cuenta de que padecen este tipo de dificultad respiratoria cuando tienen que dormir con la cabeza bastante elevada por almohadones o, incluso, en una posición semisentada.
Enfermedades pulmonares que causan falta de aire
La falta de aire y la dificultad para respirar son uno de los principales síntomas de muchas enfermedades pulmonares. A continuación, enumeramos las más frecuentes:
- Asma: enfermedad inflamatoria crónica que provoca que las vías respiratorias se inflamen y estrechen. Da lugar a dificultad para respirar, sensación de falta de aire especialmente por la mañana, por la noche y tras hacer un esfuerzo físico, tos constante, presión en el pecho y sibilancias.
- Bronquitis: inflamación de los conductos bronquiales, lo cual provoca tos con mucosidad, respiración difícil, jadeo y presión en el pecho. Puede ser aguda si desaparecer en 2 o 3 semanas o crónica si se sufre de forma permanente. Esta última suele estar provocada por el tabaquismo.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC): afección pulmonar que provoca dificultad respiratoria y que mayoritariamente está causada por el hábito de fumar. Sus dos formas principales son la bronquitisi crónica y el enfisema pulmonar, que suponer un daño significativo en los pulmones a largo plazo.
- Neumonía: se produce una inflamación del tejido de pulmonar debido a un agente infeccioso. Los alveólos se llenan de líquido y pus, provocando respiración difícil y limitación de la absorción de oxígeno.
- Fibrosis pulmonar: el tejido pulmonar se va cicatrizando, por lo que se va volviendo duro y grueso. Esto provoca falta de aliento, tos entrecortada y seca, fatiga, pérdida de peso y dolor muscular y/o articular.
- Edema pulmonar: hace referencia a la acumulación de líquido en los pulmones, lo cual provoca dificultades para respirar con normalidad debido a que el movimiento normal del oxígeno se ve disminuido.
- Tumor pulmonar: la sensación de falta de aire o los silbidos al respirar son algunos de los síntomas comunes del cáncer de pulmón cuando empieza a manifestarse. Otros pueden ser: tos incesante, dolor en el pecho constante, tos con sangre, ronquera, pérdida de peso, cansancio y neumonías o bronquitis repetidas.
- Embolia pulmonar: ocurre cuando una arteria pulmonar se bloquea normalmente debido a la formación de un coágulo en la pierna (trombosis venosa profunda), el cual se desplaza por el torrente sanguíneo hasta el pulmón.
- Neumotórax: sucede cuando el aire escapa del pulmón y se produce una acumulación del mismo por fuera del pulmón, lo cual provoca que este no pueda expandirse como lo hace normalmente en el momento de inspirar.
Enfermedades cardiovasculares
Por otro lado, hay una serie de enfermedades que afectan a la salud del corazón que también pueden causar dificultad respiratoria y sensación de falta de aire al respirar. Estas son las siguientes:
- Insuficiencia cardíaca: el corazón no bombea sangre rica en oxígeno al resto del cuerpo de manera eficiente como lo hacía anteriormente. Aunque se puede presenta de forma repentina, suele ser una afección crónica. Suele provocar dificultad respiratoria especialmente en los momentos de actividad o después de acostarse.
- Cardiomiopatía: hace referencias a las enfermedades que afectan al músculo cardíaco, las cuales provocan que el corazón aumente de tamaño o que se vuelva más rígido o grueso de lo normal.
- Arritmia: alteración de la frecuencia cardíaca, pudiendo ser demasiado rápida (taquicardia) o muy lenta (bradicardia).
- Ataque al corazón: sucede cuando el flujo de sangre que va hacia al corazón se bloquea de manera repentina. La falta de aire, los dolores en el pecho y las molestias en la parte superior del cuerpo son sus principales síntomas.
- Miocarditis: el músculo cardíaco se inflama y suele estar ocasionada por algún tipo de infección bacteriana o viral.
- Pericarditis: es la inflamación del pericardio, una membrana que recubre el corazón. A pesar de que en muchos casos se desconoce la causa, en otros es consecuencia de una infección bacteriana, viral o micótica.
Enfermedades infecciosas
Otras de las causas de la falta de aire al respirar puede ser alguna infección causada por bacterias o virus que afecten a la salud de las vías respiratorias y los pulmones. Entre ellas, se encuentran las siguientes:
- Gripe
- Resfriado
- Tosferina
- Difteria
- Tuberculosis
- Bronquiolitis
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
Si deseas leer más artículos parecidos a Me falta el aire al respirar: ¿qué puede ser?, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Psicología clínica.