Música y psicología: ¿cómo nos influye?
La relación entre psicología y música se remonta al estrecho entrelazamiento entre la constitución de la psicología como disciplina científica y la consideración de los hechos musicales. Los primeros estudios, en los años 50 del 900, se referían a la percepción acústica y a la capacidad de los individuos de discriminar la altura de los sonidos evaluando si había personas dotadas de "oído absoluto" capaz de reconocer las tonalidades.
En este sentido, fueron los trabajos del húngaro Géza Révész, verdadero pionero de la psicología de la música. Pero, ¿en qué nos ha ayudado la investigación de la psicología de la música? ¿cómo nos influye la música? En este artículo de Psicología-Online intentaremos responder a estas preguntas, profundizar el vínculo entre música y psicología, es decir, la psicología musical.
¿Qué es la psicología de la música?
Partiendo de la más reciente definición de Gjerdingen (2002), la psicología de la música o psicología musical es una especialización de la psicología que tiene como objeto las respuestas de la mente a los estímulos musicales, a las modalidades en que las elabora, controla las prestaciones y las evalúa.
La comprensión de una pieza musical, en general, activa una compleja red de capacidades cognitivas que invierten habilidades como la memorización, la atención o el análisis de estructuras. El estudio de los procesos cognitivos aplicados al ámbito musical es el fruto de una larga gestación que hunde sus raíces en las primeras experimentaciones de la psicología científica.
El desarollo musical
Muchas investigaciones de psicomusicología han investigado a qué edad y cómo se desarrolla en el niño la capacidad de comprender la música: ya hacia los 8 meses, el niño, completando el desarrollo auditivo, produce espontáneamente balbuceos de canciones (babbling song), se divierte haciéndolo y repite tales vocalizaciones con una cierta frecuencia, así como vocaliza simples sílabas. No solo eso, sino que ya a los cuatro meses puede mover los ojos en sentido vertical adecuadamente al escuchar un sonido alto o bajo.
Naturalmente, las respuestas del niño en los primeros 3 años son motoras o vocales: logra reconocer breves melodías y a los 3 años sabe cantar pistas musicales con una extensión tonal de una tercera menor descendente (por ejemplo, sol-mi) que corresponde al sonido de una sirena o de los cánticos; luego discrimina las estructuras rítmicas y las reproduce con el latido de las manos ya a los cinco años.
A partir de los 7 años, las habilidades musicales se desarrollan aún más, logrando discriminar diferentes intervalos melódicos, distinguiendo notas individuales de acordes. Todo esto sucede tanto por mayores capacidades cognitivas como por un proceso de "aprendizaje tonal", según el cual a partir de los 6 años nuestro oído se vuelve sensible a los sonidos que escucha.
Por último, hacia los 12 años, completa el desarrollo musical, volviéndose así capaz de percibir las modulaciones entre los tonos, o las armonizaciones disociativas, de reconocer el ritmo de una melodía y empieza a aparecer el juicio estético de la música.
En este artículo encontrarás más información sobre la música y el desarrollo cerebral infantil.
Relación entre música y emociones
¿Cómo influye la música en la psicología? Se han escrito ríos de palabras sobre la psicología de la música y se han elaborado teorías que hoy se consideran prácticamente siempre válidas. Por ejemplo, se sabe que los intervalos entre las notas son responsables de reacciones bastante reproducibles entre individuos diferentes; las composiciones para semitonos generan tensión ("El tiburón", precisamente) mientras que un intervalo de quinto (do-sol) es tan perfecto y agradable que resulta el equivalente musical de un círculo en las artes figurativas.
¿Por qué la música puede afectar tan profundamente a nuestras emociones? A menudo se considera la música como el "lenguaje de las emociones": su capacidad de evocar y expresar emociones constituye su característica fundamental y primaria. La música expresa emociones que los oyentes perciben, reconocen, o son emocionalmente tocados. Además, varios estudios han sugerido que la razón más común por la que se escucha la música es para poder influir en las emociones, para modificarlas, para liberarlas, para sintonizar con su estado emocional, para alegrarse o consolarse, o para reducir el estrés.
Un estudio realizado en 2003 por Adrian North North, de la Universidad de Leicester, Inglaterra, demostró que los clientes de un restaurante de lujo eligen los platos más caros del menú si en la sala se difunde música sofisticada y clásica. Según North, esto sucede porque los clientes, escuchando música clásica, se perciben como personas más refinadas; así para permanecer en sintonía con esta su imagen de sí mismos, delante de la carta de los vinos no reparaban en gastos. Se trata de un mecanismo llamado efecto Château Lafite y, aunque inconscientemente, confirma lo mucho que somos capaces de darnos cuenta del valor emocional de la música y del tipo de influencia que tiene sobre nuestras sensaciones.
Qué es la musicoterapia
El término "musicoterapia” nace en el siglo XXI, pero los efectos del sonido y de la música sobre el hombre se utilizan desde tiempos remotos: no existe población en el mundo de hoy y en la historia de la humanidad que no haya expresado sus emociones, sus ritos sociales y religiosos a través de ritmos, sonidos, cantos, bailes.
Los sonidos son la expresión de la vida en el mundo, son nuestra respiración, la transformación del aliento inspirado en voz modulada, en la palabra; es imposible separar la palabra del canto. Cada vez que nuestra voz se hace palabra, a través de la entonación y la inflexión de la voz, manifiesta las emociones que están en nosotros. La musicoterapia es el arte de captar estas emociones, de transformarlas, de dar vida a nuevas emociones que tranquilizan, animan, ayudan donde hay dificultades.
La musicoterapia funda sus bases en el "hacer música", incluso para quien no es capaz ni de leer una partitura ni de tocar; es el musicoterapeuta que sabe transformar, hacer música, el juego de quien toca un instrumento musical de modo espontáneo. Nace así un modo de hablar, de dialogar directo e inmediato que se llama "diálogo sonoro".
En la musicoterapia, la primera exigencia es dirigirse a las necesidades y a los problemas del usuario a través de la música; el objetivo no es proponer la música como forma artística, sino como medio que implica todos los sentidos produciendo una serie de estimulaciones visuales, táctiles y quinestésicas. El aspecto multisensorial de la música la hace ideal para el uso terapéutico, sobre todo si se consideran que muchas discapacidades son de naturaleza específicamente sensorial o motriz.
La musicoterapia puede ser utilizada en varios niveles, como la enseñanza, la rehabilitación o la terapia; y con respecto a estos dos últimos, los ámbitos de intervención se refieren preferentemente a la neurología y la psiquiatría:
- Autismo
- Discapacidad intelectual
- Discapacidad motora
- Enfermedad de Alzheimer y otras demencias
- Psicosis
- Trastornos depresivos
- Trastornos somatoformes, especialmente síndromes de dolor crónico
- Trastornos del comportamiento alimentario (anorexia nerviosa)
Otras aplicaciones de la musicoterapia se han estudiado en el campo anestesiológico y quirúrgico, como el uso pre-operatorio.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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