Tipos de conocimiento y sus características

Nos encontramos ante un conocimiento directo cuando un sujeto cognitivo conoce a alguien o algo: requiere haber estado o estar en contacto directo con alguien o algo. Es un tipo de conocimiento bastante frecuente: tenemos experiencia personal y directa de las personas y objetos del mundo, de nuestros pensamientos y de nuestras sensaciones, de modo que podemos tener conocimiento directo de nuestros amigos, de nuestra casa, de nuestra ciudad, de nuestros amores, de nuestros dolores, de nuestras creencias, de nuestros deseos...

Llamado también conocimiento de la habilidad, implica tener una cierta capacidad o competencia. Se trata de saber hacer ciertas cosas, como hablar español, montar en bicicleta, tocar el violín, etc. Puede tratarse tanto de un saber hacer "automático", como en el caso de saber respirar, como de un saber adquirido, como en el caso de saber jugar al baloncesto.

Se concreta en saber que una proposición es verdad. Su radio es muy amplio, basta con pensar en el conocimiento que creemos tener. Por ejemplo, podría sentir que sé que: la anaconda es una boya, el bar de abajo de la casa está abierto hasta las dos de la noche, frente a mí está la pantalla de la computadora, Lucia es mi amiga, etc. Tener un conocimiento proposicional, pero, no implica necesariamente tener un conocimiento competencial: podemos, por ejemplo, conocer todas las proposiciones relativas a la técnica del esquí porque las aprendimos de un manual y, sin embargo, no saber esquiar.

Es aquella forma de conocimiento que de alguna manera puede ser representada, o mejor, que puede ser transferida de un individuo a otro a través de un soporte físico, como puede ser un libro o una película, o directamente a través de una conversación o una lección. Un documental, un manual, un curso, una enciclopedia..., son todos contenedores de conocimiento explícito.

Es la forma de conocimiento que nos es más propia, es decir, lo que sabemos, aunque a veces no seamos capaces de explicitarlo. No todo el conocimiento tácito es, en efecto, explícito, y cuando lo es, no está claro que pueda serlo completamente. El "saber hacer" algo es conocimiento tácito, así como esa forma particular de conocimiento a la que le damos el nombre de "intuición". Y no es más que la capacidad de utilizar inconscientemente su propia experiencia para resolver de una manera aparentemente mágica e inexplicable problemas incluso muy complejos. La mayor parte del conocimiento de un individuo o de un grupo de individuos es tácito y no puede ser explicitado total o parcialmente. En un sistema de conocimiento, por lo tanto, los seres humanos no son simples usuarios, sino parte integrante del sistema.

Es esa forma de conocimiento que, aunque explícita, no lo es en forma inmediatamente reutilizable, sino que a su vez requiere conocimiento para ser extraída. Por ejemplo, un proceso nace de la formalización de una experiencia, pero aun siendo conscientes de cuáles son los pasos para ejecutarlo, se puede ignorar el porqué deben ser ejecutados de esa manera. Solo aquellos que tienen una cierta experiencia pueden entender por qué ese proceso fue definido de esa manera. Un objeto puede tener el conocimiento incorporado en la ergonomía del diseño, o en la realización de sus funcionalidades.

El conocimiento teórico se basa en una interpretación de la realidad a partir de referencias tomadas por otros, o en la experiencia directa, y depende de la comunicación que se tiene con el ambiente. Ejemplos de este tipo de conocimiento se encuentran en la investigación científica, en el conocimiento filosófico y en las creencias religiosas.

El conocimiento empírico depende principalmente de la experiencia: solo se puede conseguir entrando en contacto con el mundo y participando activamente en él. Construye un marco de reglas básicas que ayudan a entender mejor cómo funciona, y un ejemplo de conocimiento empírico es el conocimiento ligado a percepciones como la espacial y abstracta.

El conocimiento científico es quizás el más reconocido, para el uso de la repetición de los experimentos, y se distingue de las otras categorías porque se trata de informaciones verificables y objetivas. También mantiene una perspectiva racional y extrae conclusiones de carácter universal.

El conocimiento práctico se obtiene mediante la realización de acciones que ayudan a modelar un comportamiento; en otras palabras, depende totalmente de la realización de ejercicios técnicos. Ejemplos de este tipo son el conocimiento político y ético.

La característica principal del conocimiento formal es que consiste en información procedente de un contenido específico: se trata de información material o especializada sobre un tema específico. Un ejemplo es el descubrimiento de varios medicamentos y vacunas.

El conocimiento filosófico se basa en la formulación de ideas y conclusiones que tratan de explicar al ser humano y su entorno. Se utilizan métodos reflexivos, deductivos y, sobre todo, críticos, se podría decir que se trata de un tipo de conocimiento que no se contenta con obtener solo datos; su objetivo es demostrar la existencia de esos mismos datos. Un ejemplo es el pensamiento platónico, que afirma la existencia de dos mundos opuestos: el de las ideas y el del sensato.

El conocimiento religioso es el que se refiere a las creencias y valores de una sociedad o de una persona. Utiliza la información normalmente obtenida transmitiéndola por tradición, como el origen del ser humano a través de la historia de Adán y Eva.

El conocimiento intuitivo depende de la percepción, porque de esta manera se puede obtener información instantánea del entorno. Es posible generar reacciones diferentes al mismo estímulo, intervienen factores como los sentimientos y las necesidades personales. Por lo tanto, en este caso la razón no prevalece. Un ejemplo es la explicación de cómo el fuego arde cuando entra en contacto con las células del cuerpo. En este artículo hablamos de la intuición.

El conocimiento lógico trata de entender las ideas según su funcionamiento, pero también la forma en que se relacionan entre sí. El proceso del razonamiento humano consiste en un complejo esquema de conexiones, y así es como se resuelven los problemas cotidianos, porque las ideas se comparan y se clasifican. Un ejemplo de ello son los experimentos que se realizan para resolver los problemas cotidianos, como la comprobación de que el agua pueda humedecer o deteriorar ciertos materiales.

El conocimiento matemático tiene un carácter racional y coherente, a su vez está vinculado a la percepción del ambiente. Este conocimiento crea un pensamiento que muestra representaciones exactas de una realidad, basado en valores numéricos y por lo tanto es complejo. Un ejemplo es el Teorema de Pitágoras, que se ocupa de las relaciones de los lados de un triángulo.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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