Cómo animarse mentalmente
Si buscas formas de animarte mentalmente, lo mejor es establecer objetivos, cultivar relaciones positivas, agradecer por lo que tienes cada día y aprender a gestionar el estrés. Todos experimentamos fluctuaciones en el estado de ánimo. Estos cambios no solo son más frecuentes de lo que creemos, sino que tienen una función adaptativa: nos ayudan a adaptarnos al entorno y a responder con más efectividad a las distintas situaciones que se presentan a lo largo de la vida, como una ruptura amorosa, un conflicto en una relación de amistad o una decepción profesional.
No obstante, esto no implica que debamos resignarnos a la tristeza, la frustración o la rabia. Al igual que los músculos, podemos ejercitar la mente para enfrentarnos con resiliencia y comprensión a estas emociones. En este artículo de Psicología-Online, te contamos cómo animarse mentalmente. Ten a mano estos consejos.
- Establece objetivos
- Agradece cada día
- Haz ejercicio con frecuencia
- Mantén una dieta saludable
- Duerme lo suficiente
- Practica la atención plena
- Cultiva relaciones positivas
- Desarrolla nuevas habilidades
- Aprende a gestionar el estrés
- Busca ayuda profesional
Establece objetivos
Según un estudio de Locke y Latham (2002)[1], fijar objetivos específicos que supongan un reto estimula la motivación intrínseca de la persona y mejora su rendimiento. De modo que cuando sabemos hacia dónde nos dirigimos y podemos medir nuestro progreso, es más sencillo mantenerse mentalmente animado y comprometido. Así que si quieres animarte mentalmente y experimentar menos bajones emocionales, establece metas claras y alcanzables.
Agradece cada día
Un hábito que puede modificar nuestra perspectiva sobre la vida y mejorar con creces nuestro estado de ánimo es practicar la gratitud. De hecho, un estudio de Emmons y McCullough (2003)[2] concluyó que las personas que mantenían un diario de gratitud, donde reflejaban aquellas cosas por las que se sentían agradecidos, mostraban mayores niveles de optimismo y satisfacción con la vida.
Dicho de otro modo: tomarte unos minutos diarios para reflexionar sobre lo que aprecias de tu existencia puede ayudarte a mantener una perspectiva positiva, incluso en los momentos difíciles.
Haz ejercicio con frecuencia
El deporte y la actividad física benefician tanto al cuerpo como a la mente. El ejercicio aumenta la producción de neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo, como la serotonina y la dopamina, hormonas relacionadas con la felicidad. Esto, a su vez, reduce los niveles de estrés y mejora la función cognitiva. Sin duda, incorporar actividad física en tu rutina diaria puede ser una gran aliada para animarte mentalmente.
Mantén una dieta saludable
Una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables puede mejorar tu estado de ánimo y tu capacidad para enfrentar los desafíos del día a día. Según un estudio del psicólogo Gómez-Pinilla (2008)[3], algunos nutrientes —como los antioxidantes, vitaminas del grupo B y ácidos grasos omega-3— no solo son esenciales para nuestra salud, sino que pueden influir tanto en el estado de ánimo como en la energía mental.
Duerme lo suficiente
Así como la nutrición y el ejercicio físico son claves para animarse mentalmente, también lo es el descanso. De hecho, el sueño es vital, tanto para preservar nuestra salud mental y física como para garantizar el rendimiento cognitivo. Según el científico Matthew Walker[4], el sueño mejora la memoria, el aprendizaje y la regulación emocional. En cambio, la falta de sueño suele provocar problemas de atención, irritabilidad y depresión.
Para priorizar el descanso, crea un ambiente propicio y establece una rutina de sueño regular. En este artículo encontrarás información sobre Cómo relajarse para dormir.
Practica la atención plena
Una práctica que puede reducir el estrés y mejorar el bienestar psicológico es la meditación. En concreto, el mindfulness, o "atención plena", se ha relacionado con el aumento de la capacidad de atención y la reducción de la reactividad emocional. Al fin y al cabo, dedicar tiempo a la meditación puede ayudarte a estar en calma y mantener la claridad mental en situaciones estresantes.
Cultiva relaciones positivas
Otra forma de animarse mentalmente es crear y cuidar de tus vínculos. Un estudio que profundizó en el vínculo entre las relaciones sociales y el riesgo de mortalidad concluyó que las conexiones sociales fuertes mejoran la salud mental y favorecen una mayor longevidad. Razones suficientes para rodearte de personas que te apoyen e inspiren.
Desarrolla nuevas habilidades
El aprendizaje continuo es una forma excelente de mantenerse motivado/a y activo/A. Así lo demuestra un estudio realizado por los psicólogos Ericsson, Krampe y Tesch-Römer[5]. De esta investigación sobre el desarrollo de las habilidades se pudo extraer que adquirir y perfeccionar nuevas habilidades genera una gran satisfacción personal. Por lo tanto, si quieres animarte mentalmente, ¡haz cosas nuevas!
Aprende a gestionar el estrés
Equilibrar tanto nuestras responsabilidades personales como garantizar la calma mental es fundamental para mantenerse sano/a y equilibrado/a. Para ello, no solo puedes aplicar estrategias y comportamientos, como respirar profundamente y priorizar tareas, sino también desarrollar la resiliencia, es decir, la capacidad de adaptarte y recuperarte a las adversidades. Para ello, empieza aceptando las emociones negativas como un aspecto más de la vida.
Busca ayuda profesional
Si, pese a todos tus esfuerzos, no logras animarte mentalmente, tal vez sea el momento de buscar ayuda profesional. La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser eficaz para tratar muchos problemas psicológicos, como la depresión y la ansiedad. Así que no dudes en consultar a un profesional de la salud mental si te sientes sobrepasado/a o crees que necesitas apoyo para gestionar tus emociones y estado de ánimo.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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- Locke, E. A., Latham, G. P. (2002). Building a practically useful theory of goal setting and task motivation: A 35-year odyssey. American Psychologist, 57(9), 705-717.
- Emmons, R. A., McCullough, M. E. (2003). Counting blessings versus burdens: An experimental investigation of gratitude and subjective well-being in daily life. Journal of Personality and Social Psychology, 84(2), 377-389.
- Gómez-Pinilla, F. (2008). Brain foods: the effects of nutrients on brain function. Nature Reviews Neuroscience, 9(7), 568-578.
- Walker, M. P. (2017). Why We Sleep: Unlocking the Power of Sleep and Dreams. Scribner.
- Ericsson, K. A., Krampe, R. T., Tesch-Römer, C. (1993). The role of deliberate practice in the acquisition of expert performance. Psychological Review, 100(3), 363-406.
- Beck, J. S. (2011). Cognitive Behavior Therapy: Basics and Beyond. Guilford Press.
- Holt-Lunstad, J., Smith, T. B., Layton, J. B. (2010). Social relationships and mortality risk: A meta-analytic review. PLoS Medicine, 7(7), e1000316.
- Zeidan, F., Johnson, S. K., Diamond, B. J., David, Z., Goolkasian, P. (2010). Mindfulness meditation improves cognition: Evidence of brief mental training. Consciousness and Cognition, 19(2), 597-605.