Mi pareja no me atrae físicamente, ¿qué hago?
Aunque Hollywood nos haya hecho creer lo contrario, no todas somos Brad Pitt y Angelina Jolie. No todas tenemos cuerpos de escándalo y de súper modelo con caras angelicales y, sin embargo, eso no nos priva de pasar un buen rato e incluso de encontrar el amor. Es posible que te encuentres en la situación de tener a alguien que te guste mucho, pero que no te atraiga físicamente. O de estar con alguien que antes sí que te atraía físicamente y ahora ya no. En ese caso, es normal que pienses: si mi pareja no me atrae físicamente, ¿qué hago? Pues seguir leyendo este artículo de Psicología-Online.
Qué hacer cuando te gusta una persona, pero no su físico
La atracción interpersonal depende de muchos más factores que la sola percepción del atractivo físico, que puede ser ocasional y pasajera. Es decir, que te guste una persona no depende solo de que te parezca atractiva físicamente. Es más, el atractivo físico no es ni siquiera un requisito para que te guste.
Es cierto que, socialmente, recibe mucha más aceptación estar con alguien que cumple con los cánones de belleza que con alguien que no. Así que es normal que en ocasiones nos asalten dudas de si deberíamos salir con esa persona, o nos provoque vergüenza que nos vean con ella. Pero la realidad es que todo eso son prejuicios que nos impone la cultura. No hay nada objetivo en ello, y la prueba está en que lo que se considera bello va cambiando con las épocas. Entonces, ¿vas a renunciar conocer a una persona que te gusta, solo porque no te atrae su físico?
Así pues, lo primero a hacer es aceptar que te gusta y deshacerte de los prejuicios que dan tanta importancia al físico. Este paso es importante para dar lugar al siguiente: una vez lo hemos aceptado, y dejamos de lado esos prejuicios, podemos empezar a desarrollar un vínculo sano, una relación con esa persona. Y mientras os vais descubriendo más y más, sabrás que tipo de relación quieres y la iréis definiendo. Puede que acabéis siendo solo amigas, o no. Además, la percepción de atractivo puede ir cambiando a lo largo del tiempo, ya que, cuánto más conoces a una persona y más te gusta, más bella te parece.
No me atrae físicamente, pero me gusta su forma de ser
Como ya hemos mencionado antes, hay muchos factores que influyen en la atracción interpersonal. ¿De qué depende la atracción?
- Proximidad. La proximidad física no solo facilita que conozcas y puedas quedar más con esa persona, sino que también influye en que pueda llegar a gustarte.
- Afecto. Son el tipo de sentimientos que te provoca esa persona: si te hace sentir bien, tenderá a gustarte.
- Personalidad. Hay ciertos rasgos de personalidad que se tienden a valorar más, y que influyen mucho en la atracción que puedas sentir por ella.
- Semejanza. Nos gustan más las personas que se parecen más a nosotras.
- Reciprocidad. Si además de parecernos a la otra persona, esta nos da feedback, las probabilidades de que nos guste aumentan.
- Atractivo físico. Las personas que nos resultan físicamente agradables tienden a gustarnos más.
Viendo como tantas variables influyen en la atracción hacia otra persona, es más fácil entender cómo la falta de atractivo físico puede ser suplida por todas o un conjunto de las demás. El atractivo físico solo es un plus, algo que puedes percibir en mucha gente sin conocerla, algo que simplemente facilitará que al principio puedas tener más interés en conocerla. Pero no garantiza que las demás dimensiones encajen. Para el afecto, la personalidad, la semejanza y la reciprocidad, se necesita conocer mejor a la persona, y es allí donde realmente sabes si te gusta.
Por todo esto, es perfectamente entendible que te guste alguien por su forma de ser, aunque no te atraiga físicamente.
Quiero mucho a mi pareja, pero no me atrae sexualmente, ¿puede ser?
Como hemos explicado antes, te puede gustar una persona aunque su físico no te atraiga. La gracia de este tipo de relaciones es que no se basan en la apariencia, sino que te gusta por algo más profundo. La has conocido, has congeniado, os lleváis bien… ¿Acaso es de extrañar que puedan aflorar sentimientos de amor por ella? Sentimientos de amor tan honestos, que hasta te choca que los puedas sentir sin que te atraiga sexualmente. Pero no hay nada de anormal en ello. Hay muchas formas de amar y no todas ellas llevan implícita la atracción sexual por la pareja. De hecho, hay personas que simplemente no sienten atracción sexual por nadie, y eso no les impide querer o tener pareja, porque hay más tipos de atracción:
- Atracción sexual: la que provoca el deseo de acercamiento íntimo y/o de contacto sexual con la otra persona.
- Atracción romántica: la sensación de querer estar en una relación sentimental con la otra persona, llegando incluso al enamoramiento.
- Atracción sentimental: sensación que se experimenta hacia una persona que te provoca sentimientos intensos, sin llegar al enamoramiento.
- Atracción estética: atracción que se siente por el aspecto físico de algo o alguien, sin que implique atracción sexual o romántica, es decir, que algo o alguien te parezca bonito o bonita.
- Atracción sensorial: deseo de tener contacto no sexual con esa persona, como querer dar un abrazo a alguien que te parece "super achuchable".
- Atracción intelectual: atracción por el intelecto, conocimientos o facultades de una persona, que puede darse por admiración o respeto.
Quiero estar con mi pareja, pero no me atrae sexualmente, ¿qué hago?
Es posible sentir atracción romántica sin sentir atracción sexual, ahora bien, ¿qué hacemos?
- El sexo no lo es todo. Aunque siempre nos hayan dicho lo contrario, el sexo no es esencial para que una relación funcione. La relación puede ir de maravilla si ninguna de las partes siente el deseo o la necesidad de mantener relaciones con la otra persona.
- La atracción sexual no es necesaria para tener sexo. Aunque la otra persona no despierte el deseo en ti, puedes seguir sintiendo el deseo biológico, y tener sexo con ella. Las personas asexuales, por ejemplo, no sienten atracción sexual por las personas, y sin embargo ello no les impide disfrutar del sexo. Además, la vía visual no es la única por la que una puede ponerse, el oído y el tacto pueden ser igual o más eficaces que la vista.
- Cambia las reglas. Esta es la opción que puede costar más a la mayoría, porque requiere de superar barreras sociales y de ser verdaderamente honesta con una misma y con la otra persona. La realidad es que no existe la pareja perfecta. No existe la pareja que encaje tanto y pueda suplir al 100% todas nuestras necesidades afectivas y relacionales. Por ejemplo, nuestra pareja no va a compartir absolutamente todos nuestros gustos y aficiones con la misma intensidad, y en parte por eso tenemos amigas. Pues bien, puedes querer muchísimo a tu pareja, que te proporcione toda la cercanía y vínculo emocional que necesites, y aun así aceptar que en el ámbito de lo sexual no es suficiente. Una posible solución allí sería cambiar los términos de la relación, y acordar poder tener relaciones sexuales con otras personas, ya que ni el amor es inherente al sexo, ni el sexo es inherente al amor.
Puede que te encuentres en la situación de llevar mucho tiempo con alguien, que sigas queriéndole mucho, pero que haya dejado de atraerte sexualmente. Es lo que tiene el tiempo, que a las personas nos envejece, y cambiamos. Y que los cuerpos de élite no duran para siempre. ¿Cómo encajamos esto en nuestra vida sexual? Aparte de los tres puntos anteriores, hay cosas a considerar referente a la causa de que ya no nos guste:
- Porque “se ha dejado”: ha ganado unos quilitos de más, no cuida tanto su higiene, etc. Son “cosillas” que tienen arreglo, y si encima influyen en la salud, no está de más instarle a que vuelva a ponerse bien.
- Porque te has aburrido. La monotonía y la rutina matan la pasión. Pero la atracción sexual puede volver rompiendo con ellas, cambiando de look, de peinado, de vestimenta, poniéndote sexy… aquí verás algunas ideas para revivir la pasión en la pareja.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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- Landa, S. U., Rovira, D. P., & Zubieta, E. M. (2005). Capítulo 15. Relaciones íntimas: atracción, amor y cultura. In Psicología social, cultura y educación.