Por qué mi madre me odia tanto
Las relaciones madre e hijo son complejas y están condicionadas por las dificultades propias de este vínculo afectivo. El amor es la característica principal de este lazo. Sin embargo, también existen ejemplos de relaciones tóxicas entre madre e hijo, situaciones en las que la madre no es una influencia positiva para él. Es poco frecuente que una persona se haga esta pregunta: “¿Por qué mi madre me odia tanto?”.
Sin embargo, para quien se hace esta pregunta, esta cuestión puede ser muy dolorosa porque pocas experiencias duelen tanto como el rechazo de una madre prolongado en el tiempo. En este artículo de Psicología-Online hablamos sobre esta cuestión.
Mi madre me hace sentir mal
Cuando un hijo se pregunta por qué su madre no le quiere, no debe sentirse responsable de este hecho. En realidad, esta situación está hablando de la propia incapacidad de esa persona para demostrar su afecto de forma positiva. Es muy posible incluso que aquello que siente no sea odio, sin embargo, su hijo percibe este resentimiento o esta indiferencia como tal.
Cada persona muestra la relación que tiene consigo misma a través del vínculo que establece con los demás. Por esta razón, en un vínculo tan íntimo y emocional como el de madre e hijo, afloran carencias internas y nudos no resueltos que muestran el trabajo de crecimiento interior que debe realizar esa persona. Tal vez, la dificultad para dar amor de una madre está en relación con la falta de amor que tuvo en su infancia.
Si quieres conseguir más herramientas para afrontar esta situación de desprecio, te recomendamos leer el siguiente artículo: Siento que mi madre no me quiere: ¿qué hago?
Madres que no han deseado serlo
Algunas madres pueden tener dificultades para desarrollar ese sentimiento de apego y vínculo especial si no han deseado de verdad tener un hijo. La aceptación incondicional de un hijo se produce incluso antes de su nacimiento a través del propio deseo de la maternidad. Sin embargo, quienes no tenían en sus planes ser madres, pueden sentir que este cambio en su guión de vida ha afectado de forma importante a sus propias expectativas.
El cuidado, el tiempo y la dedicación que requiere un hijo pueden volverse un motivo de insatisfacción para aquella persona que a nivel interno tenía un plan distinto para su propia vida. Desde esta perspectiva, el hijo se convierte en el recuerdo visible de aquellos sueños, metas y objetivos pendientes de cumplir. Es decir, la persona observa esta renuncia personal como un peso.
Algunas personas han sido madres por razones que están más vinculadas con los convencionalismos sociales de la edad que por una convicción interna. Sin embargo, la complejidad de este sentimiento es profunda puesto que muchas personas lo censuran y no lo reconocen como tal.
Mi madre me desprecia por envidia
El sentimiento de envidia también puede proyectarse en una relación de este tipo cuando surge una rivalidad. De forma metafórica el rol de los hijos de padres narcisistas ha quedado representando en los cuentos de Blancanieves o Cenicienta.
Podría parecer poco frecuente que una madre envidie a sus hijos, sin embargo, la complejidad de esta relación interpersonal también se muestra en el hecho de que algunas madres se observan a sí mismas en el destino de sus hijas, es decir, no asumen que son seres independientes para hacer su propia vida y tomar sus propias decisiones.
En realidad, depositan en sus hijas aquellos sueños y proyectos de juventud que ellas tuvieron con el deseo de poder vivir esa asignatura pendiente. Sin embargo, si la hija no cede en sus aspiraciones y sigue fiel a sus propias decisiones, esto puede hacer que su madre se tome esta situación como un rechazo personal.
"¿Por qué mi madre me odia tanto?", si en algún momento te haces esta pregunta, piensa que es muy posible que en realidad ese no sea el sentimiento exacto sino que puede tratarse de otro tipo de carencia interna. Sin embargo, pese a que suele hablarse de la maternidad desde la idealidad de lo perfecto, no todas las madres, son buenas madres.
Madres tóxicas y dañinas
En este concepto de madre tóxica puede clasificarse el comportamiento de aquellas madres que, por medio de la manipulación, el perfeccionismo, el chantaje emocional, la victimización o cualquier actitud limitante que daña la autoestima del hijo, genera un sufrimiento agotador.
Una madre tóxica es aquella que produce dolor emocional en su hijo a través de un comportamiento repetido y no hace nada verdaderamente significativo por cambiar esa situación al mostrar una falta de empatía crónica. Es decir, es una relación patológica que también le hace sufrir a ella.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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