Por qué siento que no avanzo en terapia y qué hacer

Hay varias razones que pueden explicar los motivos por los cuales un paciente deja de tener resultados positivos en un tratamiento terapéutico. En este apartado te explicamos por qué siento que no avanzo en terapia:

Falta de confianza en el profesional

En primer lugar, puede ocurrir que la persona sienta que no puede ser ayudada o no considere las intervenciones del profesional tratante. Esto puede deberse a que surja una falta de confianza en las cualidades personales del paciente que son trasladadas al psicólogo, dando como resultado una detención de los avances.

Por otro lado, el conocimiento de otros enfoques conlleva a que se deposite una confianza en otras disciplinas tales como el yoga, mindfulness, tarot, entre otros. Como efecto secundario, la terapia deja de tener relevancia.

Dificultad al cambio

Hacer terapia implica que la persona esté dispuesta a cambiar hábitos, pensamientos, formas de ser y patrones de comportamiento. Cambiar significa dejar atrás marcas que han formado la personalidad y entablar nuevas cualidades.

Sin embargo, a pesar que esto de primeras parezca sencillo, realizar estos cambios no es para nada una tarea simple y a algunas personas les cuesta más que otras dar el paso de cambiar.

Enfoque terapéutico

De igual modo, a veces el estilo del profesional y la orientación que tenga influye en los resultados que aspira tener un paciente. Por ejemplo, la terapia psicoanalítica se destaca por ser un abordaje extenso en el tiempo que no brinda soluciones a corto plazo. Esto puede ir a contramano de las expectativas de una persona en lo que respecta a tener herramientas en un período breve de tiempo.

Por otro lado, la terapia cognitivo conductual constituye un abordaje de un número limitado de sesiones en las cuales se aborda en objetivos concretos. Sin embargo, no se suelen explorar situaciones del pasado que son la base de ciertos síntomas.

Hay algunas ideas que pueden llevarse a cabo si la terapia psicológica no funciona adecuadamente para el paciente. A continuación, brindaremos algunos consejos:

• Hablar con el terapeuta: puede ser necesario conversar en profundidad acerca de los motivos que impiden un avance en el proceso de cambio. En este sentido, el hecho de hablar permite que se modifiquen criterios de trabajo y se aborden los conflictos bajo una modalidad más útil. En el caso de que se considere el cambio de profesional, puede ser una oportunidad para evaluar si este paso fuera necesario.
• Cambiar de profesional: existen terapeutas que tienen un estilo acorde a las necesidades y requerimientos de un paciente. Por esta razón, pensar en cambiar de profesional es una opción viable que posibilita tener otra perspectiva de las situaciones si no conectas con tu psicólogo/a.
• Buscar ayuda externa: si la terapia psicológica no funciona o vas al psicólogo y te sientes peor podría ser el momento indicado para considerar otro tipo de abordajes tales como la medicación psiquiátrica. Sin embargo, esta idea debe ser conversada con los profesionales de la salud mental a cargo.

La necesidad de cambiar de terapeuta puede ser impulsada por diferentes causas. Aquí describiremos las más frecuentes:

• Falta de profesionalismo: si el terapeuta no demuestra un interés por las problemáticas que tiene un paciente y no respeta el punto de vista personal, es un signo de alerta. Ningún paciente debería sentirse incómodo en su espacio terapéutico. Otras señales de falta de profesionalismo son la falta de escucha, poca empatía, entre otros.
• Falta de especialización: cuando ya no existen situaciones conflictivas a resolverse en un momento dado por una falta de preparación del profesional que impide una ayuda coherente y eficaz, es importante acudir a la sinceridad para culminar el proceso terapéutico.
• Falta de progreso: los avances pueden detenerse en un momento dado de la terapia. Como se ha dicho, los motivos pueden ser variados pero lo crucial es que sean un impedimento para la mejoría de un paciente. Frente a esto, el vínculo terapéutico puede dañarse y representa una oportunidad para cambiar.

En este artículo encontrarás más información sobre cuándo debemos terminar una terapia.

La terapia puede ser una herramienta muy útil para ayudar a las personas a mejorar su bienestar emocional y abordar los desafíos que enfrentan en su vida. Sin embargo, es algo común preguntarte si la terapia realmente está funcionando o no. Aquí te dejamos algunas señales que podrían indicar que la terapia está siendo efectiva:

• Estás haciendo progreso en tus objetivos: sientes que estás logrando cambios positivos en tu vida y te estás acercando a tus objetivos terapéuticos.
• Te sientes más cómodo/a hablando de tus emociones: te resulta más fácil hablar sobre tus sentimientos o experiencias personales en terapia que en otros contextos, es posible que estés ganando confianza y abriendo nuevas vías de comunicación emocional.
• Estás aprendiendo nuevas habilidades: tu terapeuta te ha enseñado nuevas herramientas y habilidades o estrategias para manejar el estrés, la ansiedad u otros problemas emocionales que te han ayudado a enfrentar situaciones difíciles de manera más efectiva.
• Te sientes más motivado/a: te sientes más motivado/a para trabajar en tu bienestar emocional y sientes que estás haciendo progresos en tu vida en general.
• Tienes una buena relación con tu terapeuta: te sientes cómodo/a y conectado/a con tu terapeuta.

Ante todo, es importante recordar que la terapia no es un proceso lineal, por lo que es completamente normal que hayan altibajos en el camino. Sin embargo, si notas que estás avanzando hacia tus objetivos y que estás haciendo progresos significativos, es muy probable que la terapia esté siendo efectiva. Si tienes dudas, no dudes en hablar con tu terapeuta sobre tus preocupaciones y cómo podéis trabajar juntos para abordarlas.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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