Qué es la ecoansiedad y cómo combatirla

La ecoansiedad es un temor frente a la idea de que existan desastres ambientales que puedan poner en peligro a la sociedad. A su vez, este término está vinculado a pensamientos negativos acerca del futuro como consecuencia del impacto que podrían tener las alteraciones climáticas que se generen.

A pesar de que la ecoansiedad no se incluye en el DSM-V^[1], podría ser considerado un tipo de trastorno de ansiedad debido a las características que emplea. A continuación, situaremos los criterios diagnósticos que deben cumplirse para establecer un diagnóstico acertado:

• Preocupación excesiva durante al menos seis meses de duración.
• Inquietud permanente.
• Irritabilidad.
• Tensión muscular.
• Alteraciones del sueño.
• Deterioro de las relaciones laborales, sociales y familiares.
• Las alteraciones no pueden ser explicadas a partir de la presencia de otro trastorno mental y/o de la ingesta de medicamentos. Los síntomas no están vinculados con una afección médica.

Esta problemática de salud mental puede afectar a personas de todas las edades, sin embargo, actualmente existe un predominio en grupos de adolescentes y jóvenes adultos. Seguidamente, te mostraremos algunas causas por las que este grupo de edad puede verse más afectado por la ecoansiedad:

• Perspectiva desidealizada del futuro: los constantes cambios que se producen a nivel climático generan una desilusión acerca del desarrollo de la vida en los próximos años. A su vez, los jóvenes conciben una gran dificultad para vivir dentro de un mundo pacífico a causa de las complejidades de la actualidad.
• Futuro incierto: en relación con el punto anterior, la juventud es consciente de que tendrán que vivir con las consecuencias del cambio climático y la degradación ambiental en las próximas décadas. La incertidumbre sobre cómo será el mundo en el futuro puede generar ansiedad y miedo.
• Modos de crianza: en ocasiones, los mandatos familiares que circularon en los primeros años de vida quedan impregnados como modelos a seguir por la juventud. En este sentido, es posible que algunas personas hayan crecido con la idea de que la adultez es una etapa sin mayores inconvenientes. Por esta razón, el contraste que presentan los desastres ambientales es motivo de inmensas preocupaciones.
• Conciencia creciente: los jóvenes están cada vez más expuestos a información sobre la crisis climática y la degradación ambiental a través de los medios de comunicación, redes sociales y programas educativos. Esta mayor conciencia puede llevar a una preocupación y ansiedad constantes sobre el futuro del planeta.
• Sentido de responsabilidad: es posible que sientan que heredan un mundo dañado y se preocupen por el impacto negativo que las acciones de las generaciones anteriores han tenido y tienen en el medio ambiente, provocando sentimientos de impotencia y culpabilidad.
• Falta de acción del entorno: a veces, los jóvenes pueden sentir que sus voces y acciones para abordar la crisis climática no son escuchadas o apoyadas por los líderes políticos y las generaciones mayores. En consecuencia, esto puede aumentar su ansiedad y frustración.

En cualquier caso, es importante reconocer que la ecoansiedad es un problema real y que abordar la crisis climática y proteger el medio ambiente es esencial para mitigar estos efectos negativos en la juventud y en la sociedad en general.

Ante las dudas que pueden surgir acerca de esta afección clínica se vuelve necesario establecer algunas pautas para detectar la presencia de este malestar. A continuación te explicaremos algunos signos comunes que te ayudarán a saber si padeces ecoansiedad:

• Apatía: la impotencia por el presente y la desesperanza por el futuro son condiciones que pueden indicar la presencia de ecoansiedad. Aquí encontrarás más información sobre la Apatía: significado, síntomas y cómo superarla.
• Preocupación constante por el medioambiente: es posible experimentar variaciones del estado de ánimo frente a noticias desagradables relacionadas con aspectos climáticos. Ante esto, las personas pueden mencionar que la vida carece de sentido cuando ocurren adversidades tales como desastres naturales.
• Modificaciones en el comportamiento y el estilo de vida: las personas que sufren ecoansiedad suelen realizar cambios en sus acciones para evitar daños mayores hacia el medioambiente.
• Sentimientos de impotencia y desesperanza: la ecoansiedad puede hacer sentir que los problemas ambientales son demasiado grandes y que no hay nada que puedas hacer para resolverlos.
• Evitación de temas ambientales: aunque estén angustiados por el medio ambiente, es posible que las personas con ansiedad eviten leer noticias o participar en conversaciones sobre temas ambientales para no tener que enfrentarse al malestar emocional asociado a esta temática.
• Participación excesiva en actividades ambientales: por el contrario, es posible que también caigan en la trampa de participar en actividades ambientales de manera obsesiva para aliviar esa ansiedad, algo que podría generar el efecto contrario y afectar otras áreas importantes de tu vida.

No obstante, es importante tener en cuenta que el diagnóstico siempre debe ser realizado por un profesional de la salud mental que se encargue de evaluar las cualidades clínicas de cada persona y esbozar un tratamiento especializado.

En casos de ecoansiedad es fundamental que la persona se sienta escuchada y apoyada en sus esfuerzos por crear un cambio positivo en relación con el medio ambiente. A pesar de las dificultades que puede generar este cuadro, actualmente existen algunas soluciones que disminuyen la intensidad de los síntomas de la ecoansiedad:

• Buscar ayuda profesional: cuando no haya alternativas que permitan una remisión de la ecoansiedad es indispensable recurrir a la ayuda de un profesional de la salud mental. En definitiva, la terapia consiste en un espacio de tratamiento de los padecimientos de cada persona a partir del reconocimiento de los mismos y la posterior elaboración de soluciones.
• Realizar un balance de situaciones: en ocasiones, las personas con ecoansiedad intentan reducir el daño que causarían al planeta a partir de la prohibición de acciones. Por ejemplo, evitar conducir un automóvil para que el aire esté limpio. En este sentido, vale la pena reflexionar sobre la necesidad y el impacto para disminuir la angustia.
• Entablar un grupo social: compartir las preocupaciones con otras personas puede aportar otro tipo de perspectiva que ayude a frenar el malestar.
• Llevar a cabo una alimentación adecuada: muchas veces, los malos hábitos alimenticios causan niveles de estrés difíciles de sobrellevar. Por esta circunstancia, ingerir alimentos saludables permite mitigar ciertos temores acerca del medioambiente.
• Consultar bibliografía científica: algunas fuentes de datos proveen información errónea acerca de las problemáticas del planeta. Para evitar mayores confusiones es necesario consultar artículos y páginas de internet que cuenten con un aval científico.
• Realizar actividad física: contar con actividades lúdicas que permitan una relajación mental es fundamental ante momentos de incertidumbre. En este sentido, la actividad física ayuda reducir el estrés y combatir la ecoansiedad.

De igual modo, educar y concienciar a la sociedad sobre cómo tomar medidas concretas para proteger el planeta, así como asegurar el acceso a servicios de salud mental también resultan aspectos clave para abordar esta situación.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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