Psicología clínica

Cómo combatir el estrés

 
Sonia Silgado
Por Sonia Silgado. 21 octubre 2020
Cómo combatir el estrés

El estrés forma parte de la vida de la mayoría de las personas. En ocasiones, es la alta carga de trabajo la que causa estrés, otras veces es llegar tarde a algún sitio, otras veces problemas económicos… Debido a esto, esos mismos problemas se incrementan, ya que comienza a haber muchos problemas a nivel de relaciones, se pierde eficacia y eficiencia en el entorno laboral y en otras actividades en el día a día e incluso se pueden llegar a producir grandes problemas a nivel de salud. En ocasiones, uno no sabe cómo llegar a solucionar dicho nivel de estrés, y esa falta de control del mismo produce, todavía, más estrés. Al final, nos encontramos ante una situación en la que nuestra vida es dominada por esta emoción.

En este artículo de Psicología-Online hablaremos de cómo combatir el estrés. Explicaremos no solo diferentes técnicas para controlar el estrés, sino que, además, expondremos cuáles son los distintos tipos de estrés y aclararemos si es algo útil y necesario en nuestra vida o no.

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Índice
  1. Eustrés y distrés y otros tipos de estrés
  2. ¿Cómo hago entonces frente al estrés?
  3. Practicar mindfulness
  4. Tener hábitos saludables
  5. La importancia del tiempo libre
  6. Modificar los pensamientos que generan estrés

Eustrés y distrés y otros tipos de estrés

La mayoría de personas no son conscientes de que el estrés se hace necesario en nuestro día a día. Esto no significa que cualquier tipo de estrés sea beneficioso, sino que hay un “estrés bueno” y un “estrés malo”. El primero es el que se conoce como eustrés, y es aquel que nos ayuda a ser más productivo. Gracias a él, las personas estudian para un examen, revisan una presentación en un trabajo, entre otros muchos aspectos, es decir, este estrés nos moviliza.

Sin embargo, es habitual que una situación pase de resultar estresante a un nivel controlable, sano e útil, a un nivel de estrés que provoca improductividad, ansiedad, problemas de irritabilidad. A este estrés se le conocería como distrés y es el que hay que intentar combatir.

A su vez, el estrés puede ser de tipo agudo o de tipo crónico. El primero ocurre de forma esporádica ante la anticipación de un evento estresante (una boda, un día ajetreado…) y puede presentarse en forma de dolores de cabeza, de espalda, ritmo cardíaco acelerado… Por su parte, el estrés crónico es un tipo de estrés menos intenso pero constante a lo largo del tiempo. Es un estrés que desgasta día a día y que es más peligroso que el agudo. Es la razón por muchas rupturas familiares, problemas laborales, de relaciones personales… Las personas terminan por acostumbrarse a ese estrés, es decir, a asumir que estará ahí, sin embargo, esa acumulación de estrés puede conllevar a la violencia, al suicidio o enfermedades de tipo cardíaco. En este artículo desarrollamos en profundidad los tipos de estrés.

Estrés laboral y síndrome de burnout

En los últimos años se ha hecho mucho hincapié en el estrés debido al plano laboral. Este estrés no solo afecta a la persona a nivel personal, emocional, en su familia y en su día a día, también crea diversos problemas a nivel organizacional.

Tras un alto periodo de estrés laboral, las personas pueden desarrollar el burnout. Aquí explicamos detalladamente el síndrome de burnout. Este se compone por un agotamiento emocional, una despersonalización en el trato con los clientes y dificultades para el logro de objetivos personales o para las tareas relacionadas con el trabajo. Este estado emocional se genera lentamente por lo que, en muchas ocasiones, es muy difícil identificarlo y tiene a negarse.

¿Cómo hago entonces frente al estrés?

A la hora de hacer frente al estrés, hay diversas estrategias de afrontamiento habiendo dos tipos principales:

  • Aquellas que se centran en plantear las distintas soluciones al problema que nos genera el estrés, por ejemplo, reducir el número de actividades diarias, ya que realizamos un número excesivo de las mismas.
  • Aquellas que se centran en la parte emocional, es decir, en reducir las emociones negativas sin modificar la situación estresante ya que resulta inmodificable. Un ejemplo de ello es aprender a tener un desahogo emocional sano.

Eliminar el estrés o quitar el estrés por completo no es posible, pero podemos combatir el estrés. A continuación veremos técnicas de relajación para el estrés, ejercicios para controlar el nivel de estrés, actividades para disminuir el estrés y estrategias para manejar las situaciones estresantes.

Practicar mindfulness

El mindfulness es una de las principales formas de combatir el estrés. Dado que el estrés es una forma de anticipación o de darle excesivas vueltas a las cosas, el mindfulness ayuda a que nuestra atención y nuestros pensamientos se dirijan al momento presente. Este tipo de ejercicios van desde relajaciones en las que nos centramos en nuestra propia respiración hasta el centrarnos en el sabor de la comida cuando comemos, o el focalizar la atención en lo que ves a tu alrededor cuando caminas, de forma que las preocupaciones quedan a un lado. En este artículo explicamos qué es el mindfulness y cómo empezar a practicarlo.

Tener hábitos saludables

Como bien podrás saber, unos hábitos saludables son imprescindibles para tener bajos niveles de estrés. Un ejemplo de ello, es el ejercicio regular, ya que facilita la regulación del estrés puesto que permite descargar esa tensión surgida a raíz del estrés además de regular las hormonas reduciendo la actividad de aquellas implicadas en el estrés y aumentado aquellas implicadas en la felicidad.

Por otra parte, unos buenos hábitos de sueño (horarios regulares y con las horas de sueño suficientes), buena alimentación, reducir alimentos estimulantes como el café y sustituirlos por otros más relajantes como pueden ser las infusiones, facilitan mucho el reducir el estrés diario.

La importancia del tiempo libre

Para reducir el estrés es importante, además, dedicar tiempo cada día a actividades que nos gusten y nos relajen. Además, se debe procurar compartir algunas de estas actividades con familia y amigos con el fin de que el ambiente social esté relajado. Por ello, una buena gestión del tiempo es imprescindible para gestionar el estrés. Limitar el tiempo de trabajo, organizar las tareas del hogar y darnos tiempo para relajarnos y disfrutar es la base de vivir un menor nivel de estrés.

Modificar los pensamientos que generan estrés

La reestructuración cognitiva es una técnica útil para manejar el estrés. Esta técnica psicológica nos ayuda a modificar aquellos pensamientos irracionales que nos hacen creer inútiles o poco eficaces a la hora de enfrentar los problemas. Para ello, puedes escribir una lista aquellos pensamientos que tengas en los momentos que estás estresado y a su lado escribir otro que sea más racional, por ejemplo, en vez de pensar "no valgo para nada", lo modificaríamos por otro que fuera "hay cosas que se me dan bien y otras que se me dan mal, como a todo el mundo, y no pasa nada por ello". Es importante repetirse estos pensamientos muchas veces hasta que finalmente se integren en nuestra mente y se produzcan de forma automática.

En suma, aunque hay distintas situaciones que no podemos cambiar y que cierto nivel de estrés es adecuado, tenemos distintas estrategias al alcance de nuestra mano que nos pueden ayudar cuando una situación se hace excesivamente difícil, la podamos o no cambiar.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
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  • Moscoso, M. S. (2018). Mindfulness, autorregulación emocional y reducción de estrés: ¿ciencia o ficción?. Revista Mexicana de investigación en psicología, 10(2), 101-121.
  • Salvatierra De la Cruz, N., & Yance Soto, E. (2017). Factores asociados al Síndrome de Burnout del personal de gineco obstetricia. Hospital de apoyo Huanta. Octubre-diciembre. 2016.
  • Vindel, A. C. (2010). Ansiedad, estrés, emociones negativas y salud. Atrapados por el estrés.
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