Las fases de recuperación de la depresión

En la fase aguda de recuperación de la depresión se manifiestan fuertes síntomas, como una mayor vitalidad, volver a tener interés por actividades que antes disfrutabas, y se reducen los pensamientos negativos.

Esta fase no supone el fin de la depresión, sino más bien el inicio del proceso de recuperación. Durante esta etapa, es bueno acudir a un profesional de la salud mental para comprender mejor qué lo que te pasa y seguir por ese camino. Seguramente notes que los síntomas que hemos mencionado puede cambiar, y que tu estilo de vida se puede ver afectado por ello.

La fase aguda es un período en el que se avanza hacia la recuperación, pero en el que todavía hay aspectos que tratar para curarse por completo. En este punto, debes esforzarte al máximo y mantener el impulso para recuperarte del todo. Para lograrlo, te recomendamos leer este artículo sobre Cómo recuperar la ilusión teniendo depresión.

La fase de continuación de recuperación de la depresión se centra en consolidar lo que se ha logrado en la fase aguda. En esta etapa se experimenta estabilidad emocional, pero con dificultades para mantener el progreso. Por ello, es importante seguir con la terapia y aplicar las estrategias aprendidas en la fase anterior para concluir con éxito la recuperación de la depresión.

Es común experimentar altibajos, sentir dudas sobre la eficacia del tratamiento, así que debes abrazar estos sentimientos como algo que forma parte del proceso. Esta fase de seguimiento y transición es muy importante para prevenir recaídas, desarrollar estrategias para afrontar conflictos y mantener una red apoyo sólidos.

Los síntomas de la depresión también suelen mejorar en este estadio, pero es importante tener en cuenta que esta afección puede ser crónica, por lo que es esencial seguir trabajando para mantener el bienestar a largo plazo. En este artículo te hablamos sobre la Depresión crónica: síntomas, causas y tratamiento.

La fase final es el último paso hacía la recuperación de la depresión. Si se llega a este punto, se experimenta un estado emocional estable y funcional. Los síntomas del cuadro clínico apenas de manifiestan y se es capaz de gestionar los conflictos y retos de la vida cotidiana.

En esta etapa hay que consolidar lo aprendido en las fases anteriores. Esto implica, si hace falta, seguir con el apoyo terapéutico y mantener un estilo de vida saludable, que incluya la realización de actividades físicas y que te interesen, así como cuidar tu alimentación. El apoyo de amistades y familiares también te ayudará a consolidar tu recuperación, así como emprender proyectos de futuro.

Además, la fase final de la recuperación de la depresión es cuando hay que integrar todo el proceso vivido, así como permanecer alerta ante posibles recaídas. La terapia continua es indispensable para evitarlas. En esos casos, te recomendamos leer este artículo sobre Qué hacer ante una recaída por depresión. Aun así, la ayuda de un psicólogo/a es fundamental para hacer un seguimiento.

Aun puede ser una afección crónica, es posible salir de la depresión y llevar una vida plena. Precisamente, esta fase es un recordatorio de que, a pesar de las dificultades, el bienestar que tanto anhelas es posible. Para lograr llegar hasta el final, es fundamental que ser constante y esforzarse en cada paso.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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