Qué son los botones emocionales, tipos y efectos

Los botones emocionales son reacciones emocionales muy intensas que se producen ante determinadas personas, situaciones o temas relacionados con heridas profundas del pasado. Debido a la elevada carga emocional que conllevan, cuando son “pulsados” desencadenan angustia, irritación, frustración, ira, tristeza, desesperación o sensación de pérdida de control en la persona que los experimenta.

Debido a esta intensa conexión emocional entre el presente y el pasado, la reacción suele ser desproporcionada en relación con la realidad de la situación. Los botones emocionales son distintos para cada persona y pueden apreciarse en casos como, por ejemplo, cuando te pones muy nervioso/a e increpas a alguien que llega tarde o te interrumpe cuando hablas.

Otra persona podría considerar estas actitudes como menores y no darles importancia y actuar de otra manera. En todos estos casos, resulta muy útil preguntarse el origen de esta respuesta.

Por qué los botones emocionales son perjudiciales

Un aspecto muy importante que tener en cuenta es que la naturaleza volátil de nuestros botones emocionales tiene implicaciones perjudiciales en nuestras vidas. Pueden ser muy dañinos ya que la mayoría de reacciones se producen de forma poco constructiva y saludable.

Si nuestros botones emocionales son presionados con frecuencia pueden sabotear todos los aspectos de nuestras vidas, desde nuestra visión sobre nosotros mismos, nuestros esfuerzos académicos y laborales hasta nuestras relaciones. Sin embargo, una vez ya estamos más calmados y tratamos de abordar la situación desde otro punto de vista, generalmente no estamos orgullosos de haber reaccionado desde la rabia, la impulsividad, etc.

Por este motivo, es muy importante conocer y prestar atención a nuestros botones emocionales, ya que nos informan de los aspectos de nuestra vida en que nos sentimos frustrados o insatisfechos y que debemos mejorar.

Cómo suprimir los botones emocionales

La principal característica de los botones emocionales es que la situación o persona actual que los “pulsa” es muy similar a una experiencia de sufrimiento en el pasado. Estos recuerdos dolorosos hacen que se active tu instinto de supervivencia para tratar de protegerte en el presente, aunque las respuestas pueden variar en función de la persona.

A nivel neurológico, nuestros botones emocionales están gobernados por la amígdala, que actúa como un filtro a través del cual se procesa y evalúa la información sobre nuestro mundo. La función de la amígdala es identificar cualquier amenaza a nuestra supervivencia y producir nuestra reacción de lucha o huida. Sin embargo, no reconoce la diferencia entre una amenaza a nuestra existencia física y una amenaza percibida a nivel psicológico.

Por suerte, también contamos con otra estructura cerebral llamada córtex prefrontal que nos da la capacidad de sopesar riesgos y recompensas, reconocer consecuencias, identificar opciones, desarrollar planes y, en última instancia, tomar decisiones conscientes y deliberadas sobre cómo queremos responder. Cuando respondes a una situación emocional con calma y utilizando la lógica en lugar de desbordarte, estarás suprimiendo la actividad de tu amígdala y, por tanto, tus botones emocionales.

Los botones emocionales pueden variar en función de la persona y dependen de la historia personal y las experiencias pasadas. Algunos ejemplos comunes de tipos de botones emocionales incluyen:

• Palabras o temas que tocan una herida o un trauma pasado.
• Comentarios que cuestionan la autoestima o valía personal.
• Acciones que hacen sentir a alguien ignorado/a o excluido/a.
• Críticas sobre el aspecto físico o la capacidad intelectual de una persona.
• Amenazas más o menos explícitas sobre la integridad física individual.

Cómo identificar los botones emocionales

En ocasiones, puede resultar difícil reconocer cuáles son nuestros botones emocionales. No obstante, aquí te dejamos algunas preguntas que pueden ayudarte a identificarlos:

• Anuncios de buenas noticias: cuando alguien comparte contigo buenas noticias sobre su vida y no puedes evitar sentir envidia, ¿de qué se trata la noticia? ¿Es una promoción laboral? ¿Un coche nuevo? ¿Se va a casar? ¿Tiene una nueva relación? ¿Está esperando un hijo?
• Redes sociales: ¿Has notado que hay alguien a quien sigues en las redes sociales con quien te comparas constantemente? ¿Qué es lo que más te molesta de sus publicaciones? ¿Cómo lo gestionas?
• Temas de conversación delicados: ¿Has notado que hay un tema de conversación que te altera cuando lo mencionan tus amigos y/o familiares?

Como ya hemos mencionado, los botones emociones suelen ser difíciles de identificar para la propia persona que los experimenta. Por este motivo, a menudo las parejas, familiares y amigos cercanos son los mejores para identificar nuestros factores desencadenantes. Por ejemplo, es posible que tu hermano sepa que si corrige tu forma de conducir, te enfadarás muchísimo con él. O bien que tu pareja evite hacer sugerencias que puedas tomarte como una crítica.

Asimismo, ser consciente de los botones emocionales de nuestros seres queridos puede evitar hacernos daño mutuamente. Sin embargo, este conocimiento puede llegar a ser peligroso si se utiliza para presionar los botones que hacen daño al otro cuando estamos enfadados y a la defensiva. En este artículo encontrarás información sobre Cómo controlar la ira y la agresividad.

Muchos conflictos en una relación se intensifican y no se resuelven porque uno o ambas partes presionan los botones emocionales del otro. Por ejemplo, una persona se siente excluida en una conversación y acusa a la otra de que no le importan sus sentimientos, obteniendo como respuesta que está siendo una dramática. En consecuencia, esto le genera aún más rabia porque asocia la palabra “dramática” a todo tipo de actitudes negativas como “irracional”, “demasiado emocional” y “manipuladora”.

En este sentido, los botones emocionales juegan un papel especialmente importante en las relaciones de pareja, ya que nada nos activa emocionalmente tanto como nuestras relaciones con otras personas. Cuanto más estrecha es la relación, más probable es que nos genere emociones intensas. En algunos casos, podemos sentirnos molestos por las palabras, el tono de voz o las expresiones faciales de nuestra pareja, tratando de leer entre líneas y atribuir todo tipo de significado a su comportamiento.

¿Cómo es posible que las relaciones más cercanas se conviertan en un campo de batalla lleno de provocaciones mutuas? ¿Por qué acabamos perjudicando nuestras relaciones si son importantes para nosotros? La respuesta la encontramos en la naturaleza automática de los botones emocionales. Cuando los “pulsamos”, las decisiones más racionales pasan a un segundo plano y las respuestas se vuelven más impulsivas, primitivas, poco meditadas y, a menudo, exacerbadas en comparación a la situación que las genera.

Cómo los botones emocionales distorsionan la realidad

En este contexto de elevada volatilidad e inestabilidad en la que nos dejamos llevar por el miedo y no por la lógica podemos caer en planteamientos distorsionados. No vemos la realidad con todos sus matices, sino que interpretamos las situaciones de forma exagerada y sesgada a través de la intensidad de los botones. A su vez, debido a que los botones emocionales conectan el presente con el pasado, especialmente experiencias dolorosas, proyectamos las heridas antiguas en nuestras relaciones actuales.

Por esta razón, nuestros botones emocionales pueden llevarnos a distorsionar nuestra relación y encajar a nuestra pareja en una casilla del pasado. Esto ocurre, por ejemplo, cuando proyectamos en nuestra pareja atributos de anteriores relaciones o intuimos que nos trata como lo hacía un familiar en la infancia.

Es decir, sentimos todas las emociones antiguas y dolorosas que experimentamos cuando terminó nuestra relación anterior o cuando éramos niños. De esta forma, se da paso a una reacción sobredimensionada que, a su vez, provoca emociones intensas en nuestra pareja. Si esta situación no se aborda, a la larga puede afectar a la relación y hacernos actuar de forma inconsciente.

Si una persona ha tenido un padre ausente, poco cariñoso e incluso frío, es probable que su botón emocional predominante esté relacionado con la evitación de la intimidad porque aprendió que estar en contacto con sus necesidades emocionales era doloroso, frustrante e incluso vergonzoso. En estos casos, es probable que de adultos se sientan emocionalmente distantes de su pareja y lleguen a conclusiones como “¿por qué mi pareja está tan centrada en mí? Necesito espacio, no puedo lidiar con una persona tan emocional. Me pide demasiado, necesito escapar”.

Botones emocionales en la relaciones de pareja

Un ejemplo de cómo un botón emocional “pulsado” afecta a nuestras relaciones se presenta cuando estamos en una situación en la que es posible que nos rechacen. A nadie le gusta que lo ignoren o hablen de él o ella a sus espaldas, pero cuando nuestro botón emocional está actuando no nos dice que nos comuniquemos con calma con nuestros miedos para que puedan ser escuchados y reconocidos. Al contrario, al presionar este botón interpretamos cualquier comportamiento como un desaire o un rechazo.

En este sentido, en una situación en la que nuestra pareja no nos está prestando atención (tal vez por estar ocupada o distraída), nuestro botón emocional interpreta que le resultamos poco interesante a nuestra pareja, que pronto se cansará de nosotros y que nos rechazará y abandonará. Si nuestra reacción es hablar con ella, probablemente lo hagamos de forma poco asertiva y exacerbada, lo que puede detonar sus botones emocionales y entrar en un ciclo en el que una persona provoca a la otra sin que nada se resuelva.

Este tipos de dinámicas son conocidas y familiares para nosotros porque las hemos aprendido durante la infancia y nuestras primeras experiencias amorosas. En este sentido, otros ejemplos de cómo los botones emocionales afectan a nuestras relaciones son los siguientes:

• Una persona que ha sido engañada en el pasado y tiene miedo de que le vuelvan a ser infiel. Cuando se percata de que su pareja está mirando a otra persona, recuerda y siente toda la angustia y el dolor asociado a la traición. Su botón emocional “pulsado” le dirigirá: “si te quisiera no miraría a otras personas, así que quiere estar con otros y te va a dejar. Tienes que confrontarle ahora mismo o te engañará”.
• Por otro lado, una persona con una historia de dependencia emocional puede no tolerar el espacio entre su pareja y ella. Cuando le escribe un mensaje de texto y su pareja no le contesta de inmediato, su botón emocional relacionado con el miedo al abandono dirigirá sus pensamientos: “mi pareja está molesta conmigo y por eso no me contesta. Tengo que llamarle rápido para pedirle perdón y arreglar las cosas”.

Cómo gestionar los botones emocionales en las relaciones de pareja

En muchos casos, las personas asumen que estas reacciones desmedidas se deben a que su pareja o la relación no es la correcta y que para cambiar su reacción tienen que cambiar de pareja. La idea no es huir de las situaciones y personas que nos generan emociones, por incómodas que sean, sino tomar medidas prácticas para cuidarnos, cuidar nuestras relaciones y desarrollar una voz interior fuerte que nos ayude a gestionar situaciones incómodas.

Cuando entendamos la forma en la que nuestras heridas del pasado limitan nuestro presente y se “infiltran” en nuestros pensamientos y comportamientos, podremos elegir otra manera que refleje mejor quiénes somos realmente y qué sentimos realmente.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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