Síndrome del pensamiento acelerado: qué es, síntomas, causas y tratamiento

El síndrome del pensamiento acelerado es un trastorno de la ansiedad producido por una repetición de pensamientos que ocasionan un desgaste mental y físico. Si tenemos en cuentas las características de este cuadro clínico, es posible situarlo dentro de lo que el DSM-V^[1] llama "fuga de ideas", dado que consiste en la aparición de una serie de ideas continuas que pueden tener o no conexión entre sí.

No obstante, el rasgo más característico del síndrome del pensamiento acelerado se corresponde a los cambios repentinos de temas que abarcan el área del pensamiento.

Para poder detectar a tiempo el síndrome del pensamiento acelerado, es conveniente prestar especial atención a las manifestaciones que aparecen tanto a nivel físico como psicológico. Delimitar estas cualidades permite establecer estrategias para afrontar las dificultades de este síndrome. Aquí distinguiremos los síntomas de los pensamientos acelerados:

• Dificultad para focalizar el interés en un área concreta.
• Pensamientos repetitivos.
• Falta de coherencia.
• Ansiedad persistente.
• Estrés.
• Insomnio.
• Falta de atención y concentración.
• Fatiga.
• Irritabilidad.
• Molestias corporales.
• Tensión muscular.

A pesar de la descripción recién realizada, la presencia de alguno de estos síntomas no representa necesariamente que se padezca el síndrome de pensamiento acelerado. Si tienes dudas, lo más conveniente es acudir a una evaluación clínica de un profesional de la salud mental especializado.

La aparición de los pensamientos acelerados puede deberse a varios factores. Cada uno de ellos tiene una importancia vital que debe ser tenida en consideración para hallar soluciones eficaces. En los siguientes ítems, describiremos las causas más frecuentes asociadas al síndrome del pensamiento acelerado:

• Factores ambientales: comprenden varias áreas, desde la ingesta de sustancias tóxicas, tales como drogas, hasta niveles de estrés elevados que dan como resultado la presencia de pensamientos acelerados. Además, las experiencias traumáticas también alteran el pensamiento, así como la imitación de comportamientos durante la imitación a través de la observación de las personas significativas del entorno. Dicho de otra forma, si una persona ha convivido con algún referente diagnosticado con el síndrome del pensamiento acelerado, es posible que se adopte el mismo cuadro clínico.
• Factores genéticos: es importante tener en cuenta que la herencia genética juega un rol importante en la adquisición de las ideas. Por consiguiente, cabe destacar si alguno de los progenitores posee una velocidad de procesamiento de información elevada, este mismo rasgo puede trasladarse a las siguientes generaciones.

Ante la duda de cómo tratar el síndrome del pensamiento acelerado, es importante conocer detalladamente los métodos más efectivos para reducir el impacto de este trastorno. De este modo, hablaremos acerca de los tratamientos principales para el síndrome del pensamiento acelerado:

• Terapia psicológica: la terapia es un espacio que permite la reflexionar acerca de las vivencias del día a ía para mejorar la calidad de vida. Tanto las terapias de larga duración como las breves han demostrado ser eficaces para tratar el síndrome del pensamiento acelerado.
• Medicación psiquiátrica: existen medicamentos denominados ansiolíticos que disminuyen los síntomas físicos y mentales de la ansiedad. No obstante, la toma de los mismos debe ser controlada por un profesional de la salud mental especializado.
• Actividad física: la realización de movimientos corporales concentrados en una actividad física interrumpe el curso de pensamiento acelerado. Ante esto, es importante que el ejercicio te interese.
• Meditación: técnica para disminuir la tensión corporal y mental a través de la respiración. En este artículo verás cuáles son los beneficios de la meditación para el cerebro.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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