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Cultura y personalidad en Psicología

 
Equipo editorial
Por Equipo editorial. 22 marzo 2018
Cultura y personalidad en Psicología

Las situaciones son determinantes importantes de la conducta en todas las culturas, pero más en las colectivistas. La consistencia cognitiva entre los distintos procesos psicológicos, y entre éstos y la conducta, también ocurre universalmente, pero es más importante en las culturas individualistas. Aunque los cinco grandes parecen bien establecidos en las culturas individualistas, sólo cuatro de estos factores aparecen consistentemente en todas las culturas. Un desafío es encontrar formas de investigación que incorporen tanto elementos éticos (factores generales) como émicos (específicos de cada cultura).

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Cultura y personalidad

Varios factores han llevado al aumento del esfuerzo de los psicólogos por incluir la cultura en el estudio de la personalidad:

  1. El rejuvenecimiento del concepto de rasgo propiciado por el modelo de los Cinco Grandes Factores.
  2. El entendimiento de que este modelo ofrece un marco comprehensivo y universal sobre la estructura de la personalidad.
  3. La formulación de los constructos de individualismo y colectivismo a nivel cultural, y de idiocentrismo y alocentrismo a nivel individual.
  4. La emergencia de las psicologías indígenas.
  5. Los movimientos multiculturales y la necesidad de integración de las personas procedentes de distintas culturas a países industrializados.
  6. La incorporación de mejoras metodológicas en la investigación transcultural.
  7. El incremento de la globalización y universalidad de la investigación científica propiciada por las nuevas tecnologías (Internet). Aproximaciones al estudio de las relaciones personalidad-cultura.

Se han seguido tres perspectivas a la hora de estudiar las relaciones entre personalidad y cultura. Perspectiva transcultural incluye:

  1. Comparación de múltiples sociedades para buscar universales culturales.
  2. Consideración de la cultura como externa al individuo y que puede utilizarse para predecir la personalidad y la conducta.
  3. Utilización de cuestionarios y escalas psicométricas, relativamente libre de influencias del contexto.
  4. Preocupación por la equivalencia y transcultural de los constructos y sus medidas.
  5. Focalización en las diferencias individuales, tomando la cultura como una variable independiente que puede afectar a la expresión y correlatos de los rasgos.

El NEO-PI-R ha sido traducido a más de 30 idiomas y en cada una de las culturas en las que se ha aplicado, se replica la estructura de 5 factores. Perspectiva cultural incluye:

  1. En lugar de buscar universales, se centra en las descripciones de los fenómenos psicológicos en una o más culturas.
  2. Se enfatiza e estudio del funcionamiento psicológico de la cultura (estructura y dinámica).
  3. Se utilizan, sobre todo, métodos cualitativos.
  4. Se preocupa más por los procesos que por los rasgos.
  5. Se postula una transacción permanente entre individuo y cultura, abogando por el uso de metodología interactiva.
  6. El self se construye socialmente y, por ello, variará su concepción de una a otra cultura.

Desde esta perspectiva se pone énfasis en que la distinta concepción de la personalidad en función de la cultura, procede del nivel de dependencia o independencia con que se define el self. La visión independiente de la personalidad (occidente) se caracteriza por las siguientes ideas:

  • Una persona es un ser autónomo, definido por una conjunto peculiar y distintivo de atributos, cualidades o procesos.
  • La configuración de los atributos o procesos internos causa la conducta.
  • Podemos conocer a una persona a través de sus acciones.
  • La conducta de los individuos varía porque unos se diferencian de otros en su configuración de los procesos y atributos internos, distinción que, en esta concepción, sería positiva.
  • Las personas expresan sus cualidades y procesos internos en su conducta, por lo que se espera que la conducta sea consistente en las distintas situaciones y estable en el tiempo.
  • El estudio de la personalidad es importante porque permite predecir y controlar la conducta.

La visión interdependiente de la personalidad (Asia, África, Latinoamérica, países mediterráneos.) se caracteriza por las siguientes ideas:

  • Una persona es una entidad interdependiente que es parte de una relación social próxima.
  • La conducta sería la respuesta que la persona da a los miembros del grupo del que forma parte.
  • Para conocer a una persona, debemos analizar las acciones propias de su grupo.
  • Igual que un contexto social puede variar, la conducta de un individuo también varía de una situación a otra y de un momento temporal a otro. Esa sensibilidad al contexto social sería el indicio de buena adaptación.
  • El estudio de la personalidad es importante porque lleva a una mejor comprensión de la naturaleza interpersonal de la conducta.

Perspectiva indígena

Se centra en la necesidad de formular una teoría, definir constructos especialmente salientes en una cultura, y utilizar métodos que reflejen los contextos culturales indígenas. Se estudian las necesidades y problemas que difieren de los tradicionalmente estudiados en la psicología occidental o euro-americana.

Implicaciones metodológicas.

Los estudios de la aproximación psicológica cultural examinan la personalidad en un contexto cultural específico, mientras que los transculturales examinan y comparan la personalidad en distintas culturas. Ambas estrategias son necesarias. Es importante tener en cuenta, en las comparaciones transculturales, la traducción que se hace de las escalas y los diferentes sesgos de respuesta que pueden aparecer en unas culturas o en otras. Bajo esta perspectiva conjunta podrán analizarse aspectos de una cultura que son universales, aspectos que son comunes a varias culturas, y finalmente, aspectos que son únicos de una cultura. En los estudios transculturales se pueden seguir dos estrategias: Los estudios orientados a la estructura, que se centran en analizar las relaciones (mediante correlaciones o procedimientos factoriales) entre dimensiones de personalidad. La cultura es una VI que afecta a la manifestación, nivel y correlato de los rasgos.

También es posible cierta determinación causal (por ejemplo, si la autoestima y las relaciones armoniosas se relacionan con el bienestar igual en EE.UU que en China). Los estudios orientados al nivel, intentan explorar si las culturas son diferentes en un determinado rasgo (si los coreanos son más conservadores que los americanos). En este caso, las variables contextuales, ya sean personales o culturales, se podrían utilizar para explicar las diferencias que aparezcan. Los psicólogos culturales consideran que la personalidad y la cultura están interrelacionadas y son mutuamente dependientes. El concepto de personalidad se considera socialmente construido y variable de una cultura a otra. Se centran más en la evaluación del self, prefiriendo una metodología más cualitativa. Los estudios que comparan e self en las distintas culturas (si en las individualistas hay más respuestas ideocéntricas que en las colectivistas) los resultados no son claros.

Propuesta de integración de las distintas perspectivas.

Las tres aproximaciones anteriores pueden ser complementarias. Así los psicólogos transculturales analizarían: a) cómo se manifiestan los mismos rasgos universales en las distintas culturas, y b) qué medios proporciona cada cultura para que los individuos expresen sus rasgos de personalidad. A pesar de las diferencias, es posible integrar las aproximaciones centradas en rasgos (transculturales) o centradas en procesos psicológicos de cada cultura (idiocentrismo-alocentrismo), si tenemos en cuenta que el hecho de que haya rasgos universales y con base genética puede:

  1. Influir en la forma en que uno procesa y reacciona a los estímulos culturales, constituyendo una fuente importante de variabilidad individual en la conducta.
  2. Contribuir al mantenimiento o cambio de las prácticas e instituciones culturales.
  3. Influir en la selección que la persona hace de situaciones dentro de su entorno. Al mismo tiempo, la cultura afectará a la forma en que los rasgos se expresan en los diferentes contextos. Su influencia se hará especialmente patente en las unidades intermedias (valores, metas, creencias o hábitos), es decir, en cómo la cultura es procesada, filtrada, ignorada o acatada. Esta perspectiva integradora incluye rasgos heredados y universales que serían previos a las influencias culturales que recibe el individuo, pero su manifestación en la conducta sí estaría afectada por la cultura.

Así, podemos decir que en la personalidad confluyen aspectos universales (dimensiones éticas) y aspectos específicos de la cultura (dimensiones émicas). Las similaridades encontradas en los estudios transculturales serían consideradas dimensiones éticas, mientras que las diferencias serían dimensiones émicas. Idiocéntrico (individualista) y alocéntrico (colectivista): características de personalidad y correlatos psicológicos.

Se ha asociado el colectivismo y a los alocéntricos con la cortesía humildad, dependencia, empatía, autocontrol, autosacrificio, conformidad, tradicionalismo y cooperatividad; y el individualismo y a los idiocéntricos con la independencia, búsqueda de placer, asertividad, creatividad, curiosidad, competitividad, iniciativa, autoconfianza y franqueza. Los idiocéntricos tienden a la dominancia, son competitivos y están motivados por el logro. Los alocéntricos tienden a la afabilidad, son más receptivos y se ajustan más a las necesidades de los otros. Las personas en las culturas colectivistas se ven como interdependiente con sus grupos de pertenencia, que les proporcionan un entorno social estable al que ajustarse, de forma que su personalidad es más flexible. Las personas en culturas individualistas ven su personalidad (self) como estable y el entorno social como cambiable, de forma que intentan moldear el entorno social para ajustarlo a sus personalidades.

Así, en la cultura occidental cuando una persona percibe que tiene poco control sobre lo que le rodea o no le gusta la vida que lleva, se le anima para que la cambie; en la cultura oriental lo que se estima es el esfuerzo por lograr armonía con la situación y ajustarse a ella. Los alocéntricos tienden a definirse a sí mismos haciendo referencia a entidades sociales, y tienden a utilizar factores externos (como el contexto o la situación) para describir a los demás. Los idiocéntricos utilizan rasgos para describir a los demás y se centran más en disposiciones internas.

En las culturas individualistas se experimentan más emociones positivas de orgullo y satisfacción personal; en las colectivistas, son emociones interpersonales, como la satisfacción por el éxito de los amigos, y respeto o admiración por los logros del grupo. Las personas en culturas individualistas muestran más autoestima y optimismo que las de culturas colectivistas, porque estos factores se asocian al bienestar subjetivo en dichas culturas; en las colectivistas, el bienestar se asocia al cumplimiento de las normas sociales. Así los alocéntricos reciben más apoyo social y es menos probable que se sientan solos. En resumen: Los rasgos existen en todas las culturas, pero predicen más la conducta en las individualistas.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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