Parálisis del sueño: causas, consecuencias, síntomas y tratamiento
La parálisis del sueño es un trastorno del sueño en el cual la persona que lo sufre siente que está consciente pero que es incapaz de mover su cuerpo o hablar, aunque sí puede percibir lo que está sucediendo a su alrededor. Esta situación genera muchísima angustia, terror y desesperación en el afectado, suele ocurrir en el momento de empezar a dormir o en el de despertarse y tiene una duración media de 1 a 3 minutos. Se ha señalado que alrededor del 50 y 60% de la población ha sufrido algún episodio de este tipo en su vida y, por lo general, se asocia a niveles de estrés altos, ansiedad y malos hábitos del sueño, aunque también puede ser consecuencia de enfermedades físicas o mentales de mayor gravedad. Ante episodios de parálisis del sueño frecuentes, es recomendable consultar con el médico para averiguar la causa exacta e iniciar el tratamiento adecuado.
En este artículo de Psicología-Online, vamos a explicar con detalle las causas, consecuencias, síntomas y tratamiento de la parálisis del sueño.
Parálisis del sueño: causas
La parálisis del sueño se produce en consecuencia a una descoordinación entre algunas áreas del cerebro y aquella parte del sistema nervioso que es la responsable de dar órdenes a los músculos voluntarios del cuerpo. Mientras dormimos, atravesamos por distintas etapas del sueño y en la etapa en la que se produce el sueño, denominada REM, es donde se crea la atonía muscular, lo que quiere decir que la actividad de nuestros músculos voluntarios se suprime durante el sueño. Una vez que pasamos a otra fase del sueño o despertamos, dicha atonía muscular llega a su fin, sin embargo, en algunas ocasiones es posible que la persona se despierte durante la etapa REM y la atonía muscular no llega a su fin, lo cual provoca la parálisis del sueño dando lugar a esa incapacidad para moverse voluntariamente a pesar de que la persona haya recobrado la consciencia. La persona que experimenta la parálisis del sueño entra en un estado de consciencia entre el sueño y la vigilia y no es capaz de llevar a cabo acciones físicas, sino solo de percibir lo que sucede a su alrededor.
A pesar de que no están del todo claras las causas de la parálisis del sueño, se ha señalado que este trastorno del sueño podría asociarse a:
- No dormir el tiempo suficiente.
- Patrón de sueño irregular, por ejemplo, debido a turnos del trabajo o al jet lag.
- Narcolepsia.
- Apnea del sueño.
- Estar expuesto a un estrés excesivo.
- Trastorno de ansiedad.
- Ataques de pánico.
- Depresión.
- Trastorno bipolar.
- Trastorno de estrés postraumático.
- Tener antecedentes familiares de parálisis del sueño.
Tipos de parálisis del sueño
En base a las causas de la parálisis del sueño, podemos distinguir entre los siguientes tipos:
- Parálisis del sueño aislada: se denomina así a la parálisis en pacientes que no anteriormente no habían sufrido dicho trastorno. En este caso, suele estar asociado a niveles elevados de estrés y ansiedad y, por lo general, se produce de forma temporal, pero finalmente desaparece o nunca más vuelve a producirse. También puede ser consecuencia de no descansar el tiempo adecuado o hacerlo de manera irregular y fragmentada.
- Parálisis del sueño familiar: este tipo de parálisis del sueño es muy rara y poco frecuente. Se da en todos los miembros de la familia sin estar relacionada con otro tipo de patologías.
- Parálisis del sueño relacionada con otras enfermedades: hay algunas enfermedades como, por ejemplo, la narcolepsia que pueden derivar en parálisis del sueño.
Síntomas de la parálisis del sueño
Generalmente, la parálisis del sueño sucede en el inicio del sueño (estado hipnagógico) o en el momento de despertar (estado hipnipómpico) y suele tener una corta duración que, normalmente, es inferior a 1 minuto y no superior a los 3 minutos. No obstante, cabe señalar que la duración es variable en función de cada persona.
Durante el tiempo que dura este episodio, la persona afectada se despierta, se encuentra en un estado de consciencia entre el sueño y la vigilia y no puede realizar cualquier movimiento voluntario, lo cual genera una gran angustia y ansiedad. Sí tiene la capacidad de percibir lo que está sucediendo a su alrededor en ese momento, pero no es capaz de moverse, de hacer ninguna acción física ni de solicitar ayuda. La parálisis, por supuesto, no afecta a los movimientos involuntarios como la respiración o el latido del corazón, sino a aquellos músculos que movemos de forma voluntaria.
Veamos, a continuación, cuáles son los principales síntomas de la parálisis del sueño que se pueden presentar:
- Dificultades para respirar con normalidad, sensación de asfixia o presión en el pecho.
- Capacidad para mover los ojos, algunas personas pueden abrirlos y otras no.
- Miedo o pánico.
- Alucinaciones visuales: hay personas que dicen percibir o ver a alguien o algo en la habitación aunque no pueden reconocerlo. Algunos aseguran sentir que esa presencia quiere hacerles daño.
- Alucinaciones auditivas: pueden percibirse distintos sonidos intensos como siseos, zumbidos, golpes, campanadas, chillidos, silbidos, sirenas, cristales que se rompen, música, ruidos de pisadas, etc.
- Alucinaciones kinestésicas: sensación de caída de la cama, flotación, vibraciones que atraviesan el cuerpo, hormigueo.
- Ansiedad y angustia.
Consecuencias de la parálisis del sueño
Algunas de las consecuencias de la parálisis del sueño en las personas que la experimentan son:
- Mucho terror, angustia y desesperación al descubrir que no puede mover su cuerpo.
- Insomnio y miedo a dormirse por el hecho de que pueda volver a experimentar un episodio de parálisis del sueño.
- Ansiedad.
- Sentirse muy cansado y agotado durante el día.
En el caso de sufrir estas consecuencias y de que los episodios de parálisis del sueño sean frecuentes, es conveniente consultar con el médico para recibir un tratamiento si es necesario.
Cómo evitar la parálisis del sueño - tratamiento y consejos
Por lo general, los síntomas de parálisis del sueño desaparecen de manera espontánea sin tener que realizar un tratamiento específico, no obstante, como ya hemos comentado, es importante acudir el médico en el caso de que los episodios sean regulares o frecuentes y si van acompañados de otros síntomas aparte de los ya mencionados. El especialista analizará la historia clínica del paciente y los síntomas que se presentan, es posible que indique realizar un diario del sueño durante unas semanas para analizar los hábitos de sueño y, en los casos que lo requieran, puede solicitar la realización de una prueba del estudio del sueño llamada polisomnografía. Con dicha prueba, se registra y controla la actividad cerebral y el ritmo cardio-respiratorio durante el sueño.
Si la parálisis del sueño es consecuencia de alguna enfermedad física o mental, se puede recomendar terapia psicológica y un tratamiento farmacológico, pues al tratar y mejorar el trastorno o patología subyacente, es probable que los episodios se reduzcan o desaparezcan. Los medicamentos antidepresivos se pueden prescribir en aquellos casos de mayor gravedad, pues este tipo de fármacos actúan modificando las concentraciones de algunos neurotransmisores en el cerebro que son los encargados de regular la fase REM del sueño, lo cual hace que esta etapa sea más corta y no tan profunda.
Entre los principales consejos que se pueden llevar a cabo en el día a día para evitar la parálisis del sueño, se encuentran los siguientes:
- Mantener una buena higiene del sueño: establecer un horario fijo para irse a dormir, procurar dormir entre 7 u 8 horas al día, crear un ambiente adecuado para dormir que sea tranquilo, relajado y sin ruido.
- Evitar realizar actividades estimulantes antes de irse a dormir como, por ejemplo, ver la televisión o hacer uso de aparatos como el móvil, la tablet, el ordenador, etc.
- Evitar el consumo de bebidas estimulantes o con cafeína a partir de la tarde.
- Hacer ejercicio de forma regular, pero evitando realizarlo en las últimas horas del día.
- Reducir el estrés diario: para ello, se pueden aprender técnicas de relajación, hacer yoga, pilates, meditación, etc.
- Tomar un baño caliente o una infusión relajante antes de irse a dormir.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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