Qué es la afantasía, causas, síntomas y cuánta gente lo tiene

La habilidad para imaginar una escena o una idea es una habilidad que muchas personas damos por sentado. Sin embargo, la afantasía es una condición neurológica en la que existe una incapacidad para crear imágenes mentales.

Imagina que alguien te pide cerrar los ojos y visualizar una playa con olas suaves, arena dorada, y palmeras. Para la mayoría de los individuos, esta imagen mental es automática, aunque varíe en nitidez. Sin embargo, una persona con afantasía no puede dibujar esta imagen desde cero. En cambio, estos individuos sí pueden describir verbalmente cómo es una playa si tienen la imagen en la memoria. «Una cosa es imaginar (...) y otra saber lo que es»^[1], dice el divulgador científico Pablo Barrecheguren.

Además, este fenómeno no solo afecta a la imaginación visual. Algunas personas con afantasía también tienen dificultades para imaginar sonidos, olores o sensaciones físicas. En otros casos, la afantasía influye en la capacidad para recordar experiencias pasadas o proyectar el futuro, especialmente cuando se da en un grado total.

Aunque esto pueda parecer una desventaja en un mundo donde la visualización mental es tan común, muchas personas con afantasía no son conscientes de que tienen esta condición hasta que se les pregunta directamente por ello. De hecho, algunos descubren que viven con afantasía solo cuando se encuentran en situaciones en las que deben visualizar algo y se dan cuenta de que no pueden hacerlo.

Las causas exactas de la afantasía no están completamente claras. Sin embargo, las investigaciones sugieren que este fenómeno puede estar relacionado con anomalías en la conectividad o en el funcionamiento de ciertas áreas del cerebro.

Una de las principales áreas involucradas en la generación de imágenes mentales es la corteza visual, situada en la parte posterior del cerebro. Esta región se activa cuando observamos el mundo exterior y cuando tratamos de imaginar algo en nuestra mente. En cambio, en las personas con afantasía parece haber una desconexión o falta de activación en esta región cuando intentan visualizar imágenes.

Además, algunos estudios sugieren que podría haber diferencias en cómo se comunican la corteza visual y otras áreas del cerebro encargadas de procesos cognitivos complejos, como la memoria y la imaginación. Además, la afantasía puede ser congénita —estar presente desde el nacimiento— o adquirida —puede surgir después de un evento neurológico, como un trauma cerebral o una cirugía—.

Para entenderlo mejor, te recomendamos leer este artículo sobre La corteza cerebral: funciones y partes.

La forma más rápida y directa de saber si tienes afantasía es analizar tu capacidad para imaginar imágenes. Por ejemplo, si otra persona te pide visualices un escenario desde cero, como un campo de flores con determinados matices, y descubres que no puedes generar ninguna imagen, tal vez puedas tener afantasía.

No obstante, existen también test más específicos, como el Vividness of Visual Imagery Questionnaire (VVIQ), herramienta que utilizan los investigadores para evaluar cuán vívidas son las imágenes mentales de una persona. En este test, se pide a los participantes que imaginen una serie de escenarios y luego califiquen la claridad y viveza de las imágenes que visualizan. Las personas con afantasía suelen puntuar muy bajo en estas pruebas, indicando que no experimentan imágenes mentales o lo hacen de manera extremadamente limitada.

Además de la incapacidad para visualizar, algunos individuos muestran dificultades para recordar de forma visual eventos pasados o para imaginar escenarios futuros con detalle. Sin embargo, su capacidad para procesar conceptos abstractos o descripciones verbales permanece intacta. Eso indica que pueden entender el significado o el concepto de «flor» sin necesidad de dibujarla en su mente.

Aunque la afantasía es una condición relativamente, los estudios sugieren que podría ser más común de lo que se creía. Hoy en día se estima que en torno al 2 % al 5 % de la población tiene afantasía en un grado bajo, mientras que un 0,08 % tiene una incapacidad total para crear imágenes mentales.

Estas cifras se basan en estudios realizados con grandes grupos de personas, muchas de las cuales no descubren su condición hasta que se les pregunta directamente sobre su capacidad para visualizar imágenes.

Una de las preguntas más habituales sobre este fenómeno es cómo influye en los sueños. Sin embargo, esto depende de cada individuo. Por ejemplo, algunas personas con afantasía dicen no experimentar imágenes en sus sueños, mientras que otras afirman tener sueños visuales, aunque más vagos o menos detallados que los de la mayoría de las personas.

Este detalle podría sugerir que el cerebro puede procesar imágenes de forma diferente durante el sueño en comparación con el estado de vigilia. En cambio, algunas personas con afantasía afirman que sus sueños están dominados por otros sentidos —como el oído o el tacto— o que sus sueños son más abstractos, centrados en ideas o emociones en lugar de imágenes detalladas.

Si te interesa saber más, no te pierdas este artículo sobre Tipos de sueños y sus características.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

Si deseas leer más artículos parecidos a Qué es la afantasía, causas, síntomas y cuánta gente lo tiene, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Neuropsicología.