Qué son los síntomas extrapiramidales y cómo controlarlos

Los síntomas extrapiramidales son aquellas manifestaciones corporales que se producen debido a los efectos secundarios de medicamentos antipsicóticos. En términos más específicos, este tipo de problemática recibe esta denominación a razón de que existe una disfunción de los circuitos neuronales que componen el sistema piramidal del sistema nervioso central. Dicha área está vinculado a la regulación de movimientos corporales voluntarios.

Dado que se trata de una desregulación neuronal, los efectos acontecidos consisten en sensaciones y movimientos involuntarios. No obstante, para poder establecer un correcto diagnóstico y un cuadro clínico previsible, es necesario que se cumplan una serie de criterios diagnósticos:

• Vinculación entre la ingesta de medicamentos psiquiátricos y los efectos posteriores: la evaluación de la sintomatología observable permite detectar la presencia de síntomas extrapiramidales.
• Inicio y duración: se toma en cuenta el momento inicial y el tiempo de persistencia de las manifestaciones corporales.
• Ausencia de factores médicos: las alteraciones no pueden ser explicadas a partir de la presencia de otros trastornos mentales y/o de la ingesta de otros medicamentos.

Conocer los posibles orígenes de estos efectos secundarios es fundamental para poder establecer un diagnóstico acertado. A continuación, hablaremos sobre las causas de los síntomas extrapiramidales:

• Factores neurológicos: entre los más conocidos destaca la inhibición de los receptores de dopamina. Dado que este neurotransmisor posee un papel fundamental en la regulación y control de movimiento, una deficiencia del mismo puede ocasionar dificultades motoras. Por otro lado, alteraciones en los niveles de serotonina y el sistema colinérgico son responsables de los síntomas extrapiramidales. Aquí te explicamos Cómo aumentar la dopamina.
• Factores situacionales: la suspensión abrupta de medicamentos puede producir la sintomatología propia del sistema extrapiramidal. A su vez, la sobredosis de algún psicofármaco genera desregulaciones en el organismo e incide en los movimientos involuntarios.

Para brindar una mayor claridad al área explorada, resulta trascendental abordar la clasificación que existe dentro de la problemática. En este apartado, describiremos los tipos de síntomas extrapiramidales:

• Distonía: se trata de contracciones musculares que ocasionan posturas rígidas. Esto se presenta en cualquier sector del cuerpo sin ningún aviso previo, siendo más frecuente el tren superior.
• Parkinsonismo: comprenden temblores, movimientos lentos y rigidez muscular. A su vez, recibe esta denominación por compartir la presentación clínica del mal de Parkinson. A modo de ejemplificación, es posible ver que la persona tenga dificultades para escribir por sus temblores.
• Bradipsiquia: consiste en pensamientos que requieren de un gran esfuerzo frente a situaciones que implicarían una resolución rápida.
• Discinesia: se trata de movimientos faciales repentinos e involuntarios. En algunos casos, pueden tardar años en manifestarse aunque haya una enfermedad de base. Por ejemplo, la discinesia se presenta cuando una persona realiza gestos estereotipados como fruncir el ceño sin ninguna motivación.
• Acatisia: este síntoma implica una imposibilidad de frenar movimientos de diversas partes del cuerpo. No obstante, esta sintomatología resulta global debido a que las personas con acatisia poseen serios inconvenientes de permanecer quietos.

A pesar de esta descripción, es fundamental saber que la presencia aislada de alguno de estos síntomas no implica necesariamente una afección neurológica. Por ende, la evaluación clínica debe ser realizada por un profesional de la salud mental especializado.

A pesar de las complejidades que suscitan estas alteraciones, existen algunos abordajes que representan un alivio significativo. En los próximos ítems, desarrollaremos los tratamientos de los síntomas extrapiramidales:

• Terapia farmacológica: el seguimiento de un profesional de la salud mental ayuda a regular la ingesta de medicamentos antipsicóticos con el fin de evitar consecuencias negativas para la vida. En algunos casos puede indicarse la suspensión o disminución progresiva de ciertos fármacos, ofreciendo reemplazos que mitiguen la problemática del paciente y no genere efectos perjudiciales.
• Terapia ocupacional: este abordaje ayuda a coordinar la motricidad y la postura corporal de los pacientes afectados. Esto se realiza mediante ejercicios prácticos que se repiten durante un lapso determinado de sesiones.
• Terapia psicológica: el armado de estrategias para combatir la incomodidad permite sobrellevar situaciones de estrés y/o ansiedad de un modo más ameno.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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