Por qué no tengo hambre y me da asco la comida y qué hacer
La falta de hambre y el rechazo a la comida pueden deberse a estrés, ansiedad, depresión, problemas digestivos o enfermedades. Comer es una de las necesidades biológicas que y debe ser cubierta para poder vivir. Sin embargo, existen casos de gravedad en los cuales se experimenta un fuerte rechazo ante la ingesta de cualquier comida.
La repulsión y la falta de hambre son aspectos que pueden ocultar un problema de salud mental, el cual tiene consecuencias en el desarrollo de la vida cotidiana. En este artículo de Psicología-Online, te brindaremos información acerca de por qué no tengo hambre y me da asco la comida y qué hacer. A veces, pequeños cambios en el estilo de vida o una consulta médica oportuna pueden marcar una gran diferencia. Si te sientes identificado, sigue leyendo para conocer más sobre cómo manejar esta situación.
Qué significa cuando te da asco la comida y no quieres comer
Cuando sientes asco hacia la comida y no quieres comer, puede significar varias cosas. Aquí te explicamos las causas frecuentes que se asocian con este problema:
- Problemas emocionales o psicológicos: estrés, ansiedad, depresión o algún trastorno alimentario pueden afectar el apetito y generar aversión hacia la comida. La vivencia de situaciones traumáticas en el pasado puede provocar falta de hambre y asco ante la comida, como violencia física y/o verbal, abusos sexuales, fallecimiento de seres queridos, pérdidas de empleo, etc.
- Enfermedades o malestares físicos: infecciones gastrointestinales, fiebre, náuseas o problemas digestivos pueden hacer que la comida cause repulsión. La presencia de enfermedades médicas puede condicionar el apetito e incitar al rechazo de cualquier alimento.
- Cambios hormonales: alteraciones hormonales debido a la menstruación, embarazo o algún trastorno hormonal pueden influir en el apetito.
- Sentimientos de culpa o vergüenza: en ocasiones, las personas experimentan aversión hacia la comida debido a una relación negativa con la comida o el cuerpo.
- Asociación negativa: si has tenido una mala experiencia con un tipo de comida (como intoxicación alimentaria), podrías desarrollar aversión a esa comida.
- Falta de apetito por un entorno incómodo: comer en un lugar poco agradable o en situaciones de presión puede generar rechazo hacia la comida.
- Preferencias personales: a veces, el desagrado por ciertos alimentos puede ser simplemente por un gusto personal o por no disfrutar de ciertos sabores o texturas.
- Medicamentos o tratamientos médicos: algunos medicamentos pueden alterar el sentido del gusto o causar náuseas, lo que hace que la comida sea menos atractiva. Por ejemplo, los antibióticos, como amoxicilina o ciprofloxacino, pueden causar náuseas, alteración del gusto o malestar gastrointestinal, así como antidepresivos como la sertralina o la fluoxetina.
- Fatiga o agotamiento: el cansancio extremo puede reducir el apetito y generar una sensación de rechazo hacia la comida.
Qué tipos de trastornos de la alimentación pueden causar asco a la comida
Hay varios trastornos de la alimentación que pueden generar una asco a la comida, lo que afecta tanto la relación emocional como física con los alimentos. En este apartado, hablaremos acerca de los trastornos alimenticios más comunes:
Anorexia nerviosa
Este trastorno se caracteriza por una restricción extrema de la ingesta de alimentos debido a un miedo intenso a ganar peso. Las personas con anorexia pueden experimentar aversión a la comida, sentir asco al comer o tener la sensación de que los alimentos son "malos" o "prohibidos". Además, tienden a creer que ganan peso, aunque pierdan kilos. En este artículo te explicamos las Diferencias entre anorexia y anorexia nerviosa.
Bulimia nerviosa
La bulimia es una afección clínica basada en la ingesta de cualquier comida, seguida de la necesidad de expulsarla del organismo. Aunque las personas con bulimia pueden comer grandes cantidades de comida en episodios de atracones, generalmente sienten asco y culpa después de comer.
Este comportamiento puede llevar a la purga (vómitos o uso excesivo de laxantes) para eliminar la comida consumida, ya que experimentan una fuerte aversión a la comida y a su cuerpo. Descubre Medidas de prevención de la bulimia nerviosa en este artículo.
Trastorno por atracón
El trastorno por atracón se caracteriza por episodios recurrentes de ingesta excesiva de alimentos, acompañados de una sensación de pérdida de control, sin comportamientos de purga que se observan en la bulimia nerviosa. Las personas con trastorno por atracón experimentan sentimientos de culpa, vergüenza y angustia después de un episodio de atracón. En este artículo encontrarás más información sobre el Trastorno por atracón: síntomas, consecuencias y tratamiento.
Ortorexia
Se caracteriza por una obsesión poco saludable con comer alimentos que se perciben como saludables o "puros". Las personas con ortorexia pueden rechazar alimentos que no se ajustan a sus estrictos estándares dietéticos y sentir asco hacia ellos. Esto puede limitar mucho su dieta. Para saberlo todo sobre este trastorno no te pierdas este artículo sobre Qué es la ortorexia: causas, síntomas, consecuencias y tratamiento.
Trastorno de la conducta alimentaria selectiva
En el trastorno de selectividad alimentaria, las personas experimentan una aversión a ciertos tipos de alimentos debido a su textura, sabor, olor o apariencia. Esta selectividad puede estar relacionada con una experiencia traumática con la comida o simplemente con una preferencia muy estricta por ciertos alimentos.
Cómo puedo saber cuál es la causa de que me dé asco la comida
Si te preguntas por qué no tengo hambre y me da asco la comida y no sabes la respuesta, es importante que entiendas que la causa puede ser multifactorial, y un psicólogo profesional puede ayudarte a explorar las posibles razones. Descubre estrategias para identificar el origen de este comportamiento:
- Observa tu estado emocional: escribe un diario de emociones para registrar cómo te sientes antes de cada comida. Esto puede ayudarte a identificar patrones y si tus emociones están relacionadas con la aversión a la comida.
- Considera problemas de salud física: visita a un médico para descartar problemas de salud, y que analice si estás tomando algún medicamento que puede provocar aversión hacia la comida.
- Revisa tus hábitos alimenticios: si no has comido de forma regular o si has estado evitando ciertos alimentos, tu cuerpo podría estar rechazando la comida por falta de rutina o por hábitos alimenticios poco saludables. No te saltes comidas y evita comer en exceso para restablecer tu relación con la comida.
- Evalúa tu relación con la comida: si crees que la aversión a la comida está relacionada con una preocupación constante por el peso o la imagen corporal, considera hablar con un terapeuta especializado en trastornos de la alimentación.
- Considera posibles intolerancias o alergias: si notas que ciertos alimentos siempre te causan malestar, hazte un seguimiento con un nutricionista o médico. Realiza pruebas de intolerancias alimentarias, como a la lactosa o al gluten.
- Escucha a tu cuerpo: presta atención a las señales de tu cuerpo. Si no tienes hambre, no te obligues a comer, pero trata de mantener una rutina de comidas equilibradas para evitar desequilibrios nutricionales.
Qué hacer cuando no tengo hambre y me da asco la comida
Cuando no tienes hambre y te da asco la comida, es importante que lo abordes de forma adecuada. Aquí te ofrecemos recomendaciones útiles para abordar esta situación:
- Prepara el momento de las comidas: planifica un momento adecuado para comenzar a comer, para evitar el asco y la falta de voluntad de ingerir alimentos. Por ejemplo, pon una música relajante, habla con amistades, decora una mesa de forma especial, etc.
- No te presiones a comer: evita forzarte a comer cuando no tengas hambre, de lo contrario puede generar más rechazo y crear un ciclo negativo. Trata de comer pequeñas cantidades de alimentos cuando te sientas un poco más receptivo/a, sin sentirte culpable.
- Considera hablar con un profesional: si esta sensación de asco hacia la comida persiste, busca la orientación de un psicólogo o terapeuta. La aversión a la comida puede ser un síntoma de trastornos que merecen atención especializada, y la terapia psicológica te brindará las herramientas necesarias para combatir los síntomas.
- Busca el apoyo de tus seres queridos: si tienes la confianza suficiente, explicar el problema a personas de confianza te ayudará a tener un núcleo de contención emocional.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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- Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2013). Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales (5.ª edición). Arlington: Editorial Médica Panamericana.
- Boragnio, A. (2020). Las emociones del comer cotidiano: mujeres entre el asco, la culpa y la vergüenza. Revista Latinoamericana Polis, 55 (21), 56-70.
- Peña Fernández, E., Reidl Martínez, L. (2015). Las emociones y la conducta alimentaria. Revista Acta de Investigación Psicológica, 5 (3), 2182-2194.