Qué es el hiperfoco o hiperconcentración y cómo detectarlo
Los niveles altos de concentración son uno de los temas de investigación más controversiales que se han detectado en el terreno de la medicina y la psicología. En general, una focalización excesiva puede repercutir en el desarrollo de actividades de la vida cotidiana. Aunque en ocasiones esto podría considerarse una ventaja dado que se deposita una gran cantidad de energía en una determinada, es posible que implique la presencia de algunas características de la personalidad asociadas a algunos cuadros clínicos, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, el autismo o las altas capacidades.
En este artículo de Psicología-Online te explicaremos qué es el hiperfoco o hiperconcentración y cómo detectarlo.
Qué es el hiperfoco o hiperfijación
El hiperfoco o hiperfijación consiste en un nivel elevado de concentración frente a una tarea o estímulo específico. Ante la presencia de algún elemento que requiera de atención, es frecuente que las personas tiendan a ignorar el entorno en el que se encuentran. Por este motivo, quienes poseen hiperfoco o hiperfijación suelen destinar un gran esfuerzo mental hacia la realización de consignas y/o actividades, evitando así cualquier elemento distractor que pueda interferir en el desempeño.
A pesar de que se trata de una cualidad que podría ser beneficiosa, las personas que poseen niveles elevados de concentración suelen ser diagnosticadas de trastornos de la salud mental debido a las dificultades que ocasiona en el ámbito de las relaciones sociales, laborales y familiares de la vida cotidiana.
Cómo saber si tengo hiperfoco o hiperfijación
Debido al interés que surge por esta temática es pertinente exponer algunas características que subyacen esta condición. A continuación mencionamos los principales signos para saber si tengo hiperfoco o hiperfijación:
- Interés continuo e inflexible por un mismo tema.
- Pérdida de la noción del tiempo y el espacio.
- Dificultad en variar el foco atencional.
- Resistencia a los cambios azarosos del entorno.
- Escasa tolerancia a la frustración.
- Desinterés por otras actividades y/o situaciones del entorno laboral, familiar y social.
Cabe destacar que la presencia aislada de alguna de estas características no implica necesariamente tener hiperfoco o hiperfijación. Por ello, en caso de duda es imprescindible una evaluación clínica de un profesional de la salud mental para confirmarlo o descartarlo.
Qué trastornos tienen hiperfoco
Esta condición clínica está vinculada a algunas problemáticas de la salud mental. En líneas generales, muchos diagnósticos que se utilizan dentro de la psicología y la medicina comparten el mismo síntoma. En este apartado, hablaremos sobre qué trastornos tienen hiperfoco:
Autismo
El autismo o trastorno del espectro autista (TEA) es una condición neurológica que afecta el desarrollo del cerebro y la forma en que una persona se relaciona, comunica y se comporta. También se le llama "trastorno del espectro autista" porque abarca una amplia gama de manifestaciones y grados. Esta situación puede producir un contacto excesivo ante algún estímulo u objeto que resulte interesante. Por este motivo, suelen aparecen obstáculos en entablar relaciones sociales duraderas en el tiempo.
En trastorno del espectro autista, el hiperfoco se manifiesta en aquellas situaciones que impliquen una concentración en elementos puntuales de la vida cotidiana. La presencia de estos objetos es imprescindible para que las personas autistas puedan interactuar. En el siguiente artículo encontrarás información sobre Tipos de autismo y sus características.
Por ejemplo, alguien con espectro del autismo podría experimentar hiperconcentración al sumergirse completamente en un tema o actividad que les fascina. Durante este estado de inmersión, pueden adquirir un conocimiento profundo y detallado en el área de interés, a menudo mostrando una concentración excepcional y una habilidad sobresaliente en esa esfera.
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurológica que afecta la capacidad de una persona para mantener la atención, controlar impulsos y moderar la actividad motora. Este trastorno es comúnmente diagnosticado en la infancia, pero puede persistir en la adolescencia y en la edad adulta.
A menudo, las personas con TDAH suelen focalizar su atención en determinados estímulos que producen distracciones. Asimismo, la hiperactividad es un mecanismo que concibe ciertos elementos que no pueden dejarse de lado. Esto puede notarse en aquellas personas que están moviéndose constantemente en un ambiente laboral o escolar.
Por ejemplo, una persona con TDAH podría experimentar hiperfoco al sumergirse profundamente en un proyecto o actividad que les apasiona. Durante este estado de concentración intensa, pueden demostrar una productividad excepcional y un rendimiento destacado en el área de interés. Sin embargo, podría perder la noción del tiempo y afectar otras actividades de la vida cotidiana.
Trastorno obsesivo-compulsivo
La aparición de obsesiones, rutinas y rituales específicos pueden estar relacionados persistencia de focos atencionales precisos, aunque la relación entre el TOC y el hiperfoco es compleja y puede variar de una persona a otra. Por un lado, algunas personas con TOC pueden experimentar momentos de hiperfoco cuando se centran en sus obsesiones o compulsiones, lo que puede hacer que se involucren en esos comportamientos de manera muy intensa y aumentar la angustia asociada al TOC.
De igual modo, otras personas con TOC pueden experimentar un tipo de hiperfoco no relacionado con las obsesiones o compulsiones, lo que puede resultar en mayores distracciones de la vida cotidiana y una dificultad para completar otras tareas importantes.
A modo de ejemplo, una persona con TOC obsesionada por la seguridad podría experimentar un hiperfoco al revisar constantemente las cerraduras y alarmas de su hogar. En este estado de concentración extrema, puede pasar horas verificando cada detalle, a menudo perdiendo la noción del tiempo y descuidando otras responsabilidades. Este hiperfoco en la seguridad está directamente relacionado con las obsesiones y compulsiones de la persona, ya que la revisión repetitiva proporciona un breve alivio a su ansiedad.
¿El hiperfoco se puede controlar?
A pesar de las dificultades que conllevan estas situaciones, existen métodos para contrarrestar los efectos negativos que se generan. En los próximos ítems, desarrollaremos algunas herramientas para controlar el hiperfoco:
- Terapia Psicológica: como hemos mencionado en apartados anteriores, el hiperfoco es un síntoma propio de varios trastornos de la salud mental. Ante esto, la terapia es un dispositivo que invita a la reflexión acerca de los límites necesarios frente a la atención y concentración. De este modo, un profesional de la salud mental puede brindar las herramientas necesarias para sobrellevar estas situaciones de un modo más ameno.
- Establecimiento de límites: es importante conocer los espacios en los cuales se desarrolla el hiperfoco. Por esta razón, vale la pena imponer plazos temporales para evitar mayores distracciones. El establecimiento de límites permite una toma de conciencia acerca de la problemática que subyace.
- Mindfuless: esta metodología consiste en mantener una atención plena y equitativa frente a cualquier estímulo del presente. De esta manera, la falta de situaciones y/u objetos precisos impide el hiperfoco.
- Medicación psiquiátrica: En casos que revisten una gravedad considerable, el suministro de medicamentos de índole psiquiátrica es una opción viable. No obstante, la ingesta de los mismos debe ser supervisada por un especialista.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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- Luque-Parra, D.J., Luque-Rojas, M.J., Hernández Díaz, R. (2017). Altas capacidades intelectuales y trastorno de déficit de atención con hiperactividad: a propósito de un caso. Revista Perspectiva Educacional, Formador de profesores, 56 (1), 164-182.