Qué es la aceptación incondicional en psicología

Según Carl Rogers, el individuo posee en sí mismo potenciales recursos para su propia comprensión, cambiar su auto-concepto, sus actitudes y dirigir su conducta. Para el autor, los tres elementos fundamentales que pueden ayudar a las personas a autogestionarse y relacionarse con los otros de un modo saludable emocional y psicológicamente son la empatía, la aceptación incondicional y la autenticidad.

En este caso concreto, nos centraremos en la aceptación incondicional como aquel aspecto del ser humano que le otorga la verdadera libertad al liberarlo de prejuicios y condicionamientos culturales o ético-religiosos. Aceptar incondicionalmente a alguien y, incluso, a uno/a mismo/a, supone amar al ser humano pase lo que pase.

Esto no significa que debamos aceptar nuestro propio mal interior o el que manifiesten los demás, sino que somos capaces de aceptar a los demás y a nosotros mismos, a pesar de ser conscientes de las faltas que habitan en nuestro interior. Si te cuesta llegar a ese estado de equilibrio, en este artículo encontrarás herramientas para aprender a no juzgar a los demás.

Qué representa la aceptación incondicional

La aceptación incondicional del prójimo o de uno/a mismo/a supone el mejor motor de impulso para que las personas confíen en sí mismas y en los demás y, por ende, luchen incansablemente por mejorar como personas y ofrezcan su mejor versión al mundo.

Cuando una persona es aceptada incondicionalmente, el sentimiento de valía y confianza es tal que desaparecen todo tipo de inseguridades y miedos y, de manera sencilla y pura, se manifiesta todo el potencial que dicha persona alberga en su interior.

Como acabamos de mencionar, aceptarse incondicionalmente nos otorga una grandísima fuerza al incrementar consecuentemente la confianza en nosotros mismos y en nuestras posibilidades de acción y manifestación.

La aceptación incondicional de uno/a mismo/a no debe ir separada de la sobriedad para discernir claramente entre el ser bueno que somos, con un grandísimo potencial para ofrecer al mundo, y todo lo que no está bien dentro de nosotros. Esta aceptación incondicional supone salir de la culpabilización y la desvalorización, pero también separarse de la soberbia y de la ilusión de creer nuestros defectos como virtudes.

En este sentido, la aceptación incondicional positiva presupone la fuerza interior para sentirse capacitado para dar buenas cosas al mundo, unido a la lucha incansable por deshacerse de malos hábitos, pensamientos y conductas. Esta medida es necesaria para que todo lo que mostramos se haga del mejor modo posible.

A la hora de trabajar la aceptación incondicional de uno/a mismo/a será necesario realizar las siguientes acciones:

• Rodearse de personas que creen en el potencial del ser humano para sostenerse en ellos durante el camino de aceptación incondicional.
• Ver en los demás espejos, tanto de todo aquello que debo eliminar como de todos los demás aspectos que debo fortalecer y mejorar.
• Ser pacientes con uno/a mismo/a, entendiendo que el trabajo de aceptación incondicional no se consigue de un día para otro.
• Luchar contra los mecanismos internos e inconscientes que intentarán evitar esta aceptación.
• Alimentarnos de la aceptación incondicional de nuestros prójimos, es decir, lo que sienten sobre nosotros, para seguir andando el camino.
• Reconocernos como seres con grandísimo potencial, pero todavía enredados en oscuridades que nos impiden manifestarnos en toda nuestra plenitud. Además, es importante aceptar el firme compromiso de que, pase lo que pase, hay que seguir adelante en el proceso de mejora y perfeccionamiento personal.

¿Cómo se podría demostrar la aceptación positiva incondicional? En el proceso de aceptar incondicionalmente a los demás, es importante realizar las siguientes acciones:

• Tomar conciencia de que el ser humano ha venido al mundo para entregar el grandísimo potencial que anida en su interior en beneficio de los demás. Por lo tanto, es responsabilidad de todos favorecer todo aquello que facilite la manifestación de todos nuestras potencialidades, ya que estas serán garantía de una clara mejora social. En este sentido, es importante saber qué es la conciencia emocional y cómo trabajarla.
• Centrar nuestra mirada en las virtudes de nuestros prójimos, sabedores que sus "defectos" son una insignificante parte, y siempre modificable y anulable, de lo que ellos son en realidad.
• Tener sobriedad para apoyar a los demás en aquellos aspectos que son beneficiosos para su desarrollo personal. Es importante acompañarlos y sostenerlos en su proceso de toma de conciencia y cambio de aquellos aspectos negativos que, de permanecer en el tiempo, pueden llegar a perjudicarles.
• Mostrar una grandísima paciencia y sobriedad con los demás, entendiendo que, al igual que nosotros mismos, anhelan liberarse de lo negativo. Todo esto constituye un proceso que debe ser sostenido convenientemente.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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