Características de una persona intolerante

La intolerancia es la incapacidad de aceptar opiniones contrarias o diferentes a la nuestra. Etimológicamente, intolerancia es un término de origen latino que proviene del vocablo “intolerantia”, el cual se traduce como “aquel que no aguanta otras opiniones”. Por ello, los intolerantes son definidos como personas incapaces de soportar situaciones, ideas o personas que no estén de acuerdo con sus propios pensamientos.

A lo largo de la historia, la intolerancia ha sido la causa de los grandes conflictos de la humanidad, bien sea por raza, sexualidad, religión o ideología política. Los episodios más tristes y crueles de la historia humanidad empezaron por causa de la intolerancia.

Además, la intolerancia trae consigo la intransigencia y la discriminación, puesto que quienes la proyectan son incapaces de establecer un diálogo para fomentar la convivencia. A continuación, te mostraremos las principales características de una persona intolerante.

Una de las primeras características de las personas intolerantes es que están llenas de prejuicios que los llevan a emitir juicios de valor ante todo. Por ello, tienen muchos estereotipos establecidos, por lo cual juzgan “a priori” a cualquier persona, idea u opinión, sin siquiera llegar a conocerla.

Además, son especialistas en juzgar todo el tiempo a los demás debido a sus ideales, valores y pensamientos. Si quieres conocer las consecuencias de este comportamiento, en este artículo, te contamos cómo afectan los prejuicios en la sociedad.

Como las personas intolerantes son fieles defensores de sus ideas, tienen un alto grado de fanatismo hacia lo que creen. Por ello, expresan una pasión desbordada y desmedida por sus pensamientos con el objetivo de que los demás acepten su punto de vista.

Es común que el fanatismo sea mayor entre los grupos de personas que comparten un mismo pensamiento, lo cual muchas veces termina en conflictos interpersonales.

Una de las principales características de una persona intolerante es que, aparte del fanatismo y los prejuicios, muestra un nivel alto de discriminación hacia quienes no comparten sus ideales. Incluso, pierde la paciencia rápidamente y se descontrola ante el mínimo asomo de pensamientos distintos.

Por lo general, discrimina por motivos religiosos, de raza, de orientación sexual o por cualquier otra ideología. Lo cierto es que siempre busca un tema o alguna orientación para justificar un trato desigual e irrespetuoso.

Como ya mencionamos, las personas intolerantes se caracterizan por defender su postura con mucha pasión, pero no solo eso, pues son incapaces de escuchar el punto de vista de los demás. Siempre piensan que la verdad únicamente les pertenece a ellos. Por eso, conocer o escuchar lo que piensan u opinan los demás se convierte en una pérdida de tiempo para las personas que son altamente intolerantes.

Con tal de no ceder en su posición, las personas intolerantes inventan y crean escenarios, datos e información irreales para apoyar su teoría. Otra de las características de este tipo de personalidad es que, al verse acorralados ante la opinión de otra persona, recurren a otras estrategias psicológicas para defenderse, como la agresividad o la burla.

Otros de los rasgos característicos de las personas intolerantes es que sus esquemas mentales y psicológicos son muy rígidos, es decir, no son capaces de aceptar un pensamiento contrario. De hecho, eso les produce mucha ansiedad.

Algunos estudios indican que esa rigidez psicológica o pensamiento dicotómico también puede causar cierta inflexibilidad cognitiva. Así pues, los intolerantes tienen mucha dificultad para modificar sus sistemas de aprendizaje y sus creencias. Esto los conduce a adoptar una actitud autoritaria para esconder sus inseguridades.

Siguiendo con las características de las personas intolerantes, uno de sus aspectos más llamativos es que no soportan los cambios en sus rutinas habituales. De hecho, para ellos lo conocido les aporta seguridad. En otras palabras, no les gusta explorar cosas nuevas para no tener que enfrentar y asimilar algún cambio en sus vidas.

Las personas intolerantes tienen altos rasgos autoritarios. Para ellos solo sus ideas tienen valor y deben imponerlas a cualquier precio. Del mismo modo, tratan de ensombrecer los pensamientos de las otras personas. Por eso, suelen volverse agresivos/as ante cualquier intercambio comunicativo y buscan imponer sus opiniones por encima de las demás.

Otra de las características de una persona intolerante es que sus la calidad de sus relaciones interpersonales es baja. Su conducta autoritaria e impositiva dificulta que las personas que disfruten estando al lado de alguien intolerante.

Recordemos que las relaciones personales se basan principalmente en la confianza, el respeto y en la capacidad de ser empático con los demás y, obviamente, estos rasgos no están presentes en una persona intolerante. Si quieres más información sobre ello, en este artículo, te contamos cómo mantener buenas relaciones interpersonales.

Quizás esta sea una de las características más peligrosas de las personas intolerantes, pues ven el pensamiento contrario como un enemigo. En este sentido, ven como enemigas a todas las personas que no opinen como ellos/as. Como consecuencia, su círculo social suele ser muy reducido y cuentan con muy poco apoyo si surge cualquier inconveniente.

Las personas intolerantes reaccionan con explosividad y agresividad ante cualquier individuo que no piense como ellas. De hecho, las opiniones contrarias se convierten en una amenaza que desata ira y hostilidad. Además, son incapaces de gestionar correctamente las emociones, por lo que terminan envueltos en un clima de agresividad e irritabilidad.

Si una persona intolerante recibe una crítica, consejo u opinión sobre algo que no está haciendo correctamente, de inmediato su reacción será agresiva y no aceptará ningún punto de vista que no sea el suyo. Todas las críticas se convierten en amenazas de su propia verdad.

Una característica evidente de las personas intolerantes es que les gusta tenerlo todo bajo control. Como ya mencionamos, tienen mucha rigidez mental en cuanto a sus rutinas diarias. Por ello, los cambios repentinos y simples los alteran de inmediato.

Asimismo, su forma de ver la vida no tiene matices, es decir, o todo es blanco o todo es negro. Por lo tanto, las personas intolerantes quieren que los individuos de su alrededor compartan esa misma visión.

Las personas con alto grado de intolerancia no soportan ver el triunfo de los demás porque sienten celos y envidia. De hecho, cuando alguien a su alrededor es exitoso, pueden llegar a verlo como un enemigo. Lo más seguro es que eso les cause gran malestar y hasta un estado de ansiedad constante.

Otra de las características de una persona intolerante es que tiene miedo lo desconocido y a la incertidumbre. Por eso, entra en un estado de pánico y de ansiedad si algo se sale fuera de su control. En otras palabras, no le gusta la espontaneidad. Ante estas situaciones, recomendamos leer este artículo sobre cómo gestionar la incertidumbre.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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