Psicología clínica

Fobia de impulsión: qué es, síntomas, causas y tratamiento

 
Irene Alabau
Por Irene Alabau. 13 septiembre 2019
Fobia de impulsión: qué es, síntomas, causas y tratamiento

¿Has tenido miedo a perder el control y hacer daño a tu pareja o a tu hijo? ¿Has tenido miedo a hacerte daño a ti mismo o a atropellar a alguien? Este temor se conoce como fobia de impulsión e implica que las personas desarrollan miedo a perder el control y realizar alguna cosa que realmente no desean.

El miedo es una reacción adaptativa de supervivencia pero, ¿qué ocurre cuando la sensación de peligro la sitúas dentro de tu persona y tu pensamiento y tienes la idea recurrente de que podrías dañarte o hacer daño a otra persona? Si quieres saber más acerca de este trastorno, continúa leyendo este artículo de Psicología-Online: Fobia de impulsión: qué es, síntomas, causas y tratamiento.

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Índice

  1. Qué es la fobia de impulsión
  2. Fobia de impulsión: síntomas
  3. Fobia de impulsión: causas
  4. Fobia de impulsión: tratamiento

Qué es la fobia de impulsión

Las fobias de impulsión son los pensamientos, sensaciones o impulsos que tiene una persona acerca de perder el control y dañar a otras personas o a sí misma. Esta fobia implica pensamientos intrusivos desagradables y un intenso miedo a perder el control, ya que no se desea llevar a cabo la acción en la que se piensa.

Por lo tanto, en la fobia de impulsión aparecen pensamientos que desarrollan un alto nivel de visualización, ya que las personas se imaginan realizándolo, y hacen referencia a la pérdida de control y ejecución de acciones que la propia persona califica como negativas e indeseables.

Esta fobia puede manifestarse aisladamente o formar parte de otro trastorno. La fobia de impulsión se ha asociado mayormente al Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), aunque también puede estar presente en el Trastorno Depresivo, Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) o en el Trastorno de Estrés Postraumático.

Algunos ejemplos de fobias de impulsión comunes que faciliten su entendimiento son:

  • Una persona está esperando el metro y súbitamente piensa que podría descontrolarse y tirarse a las vías o empujar a otra persona a ellas.
  • Intenso miedo de una persona a estar cerca de cuchillos por el temor que siente ante la posibilidad de coger uno y hacerse daño a sí misma o a otra persona.
  • Un ejemplo de fobia de impulsión en la maternidad es experimentar pensamientos malos involuntarios acerca de dañar a los bebés, dejarlos caer cuando los mantienen en brazos, etc.

Fobia de impulsión: síntomas

La sintomatología que se encuentra presente en la fobia de impulsión es la siguiente:

  • Presencia de pensamientos intrusivos (aquellos pensamientos no voluntarios, automáticos y con contenido desagradable) que se tornan pensamientos obsesivos, por lo que aparecen de forma recurrente y persistente, sin que la persona los pueda controlar.
  • En estos pensamientos la persona se imagina o visualiza a sí misma llevando a cabo una acción, un impulso. Son pensamiento con un alto nivel de visualización normalmente.
  • Los pensamientos que presenta la persona con fobia de impulsión son egodistónicos, es decir, no son aceptables, congruentes ni coherentes con la persona. Esto conlleva que la persona los experimente con intensa culpabilidad y vergüenza.
  • La persona sabe de forma consciente que no quiere realizar aquello en lo que piensa, por lo que desarrolla un intenso miedo a la pérdida de control y ejecución de las acciones o impulsos que protagonizan los pensamientos.
  • Pensamientos intrusivos violentos. Normalmente el contenido de estos pensamientos suele ser agresivo, hacia uno mismo u otras personas, a veces vulnerables e indefensas, moral o sexual.
  • La persona realiza grandes esfuerzos intentando resistirse, suprimir y evitar estos pensamientos. Se focaliza de manera excesiva en el pensamiento o imagen obsesivos y siente que está luchando consigo misma.
  • Desarrollo de conductas de evitación ante la imposibilidad de control de estos pensamientos.
  • También es frecuente que las personas que sufren fobia de impulsión examinen sus pensamientos e historias de vida, así como pregunten a personas cercana en busca de reaseguración, es decir, de confirmación de que el pensamiento que temen no va a suceder.
  • Los pensamientos generan niveles elevados de sufrimiento y angustia en las personas que la padecen, así como ansiedad y tristeza. En casos extremos puede aparecer ideación e intención suicida.
  • Alteración e interferencia en diversas áreas vitales de la persona y disminución de su calidad de vida debido a la fobia de impulsión.
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Fobia de impulsión: causas

Las explicaciones más habituales y las causas más comunes de la fobia de impulsión son las siguientes:

  • Mecanismo del pensamiento obsesivo: los pensamientos intrusivos desagradables son más comunes de lo que creemos y todas las personas los hemos experimentado más de una vez. Habitualmente, ante la presencia de uno de ellos, las personas no le otorgan mayor importancia, los descartan y al considerarlos únicamente un pensamiento no dedican tiempo a analizarlo y le restan importancia, lo que favorece que se extinga de manera natural. En cambio, cuando una persona presta excesiva atención a este pensamiento intrusivo, lo analiza y se cuestiona y valora en base a este, el pensamiento o imagen tenderá a aparecer de manera recurrente y persistente. Se produce, por lo tanto, una transformación del pensamiento intrusivo en un pensamiento obsesivo, debido a la interpretación catastrofista realizada. En este caso, el proceso de análisis y examen del pensamiento intrusivo no se realiza desde la curiosidad y la objetividad, sino que es una evaluación emocional, ya que el pensamiento ha disparado la sensación de alarma y provocado un estado de activación en el que la persona siente miedo, ansiedad y culpabilidad. Este estado favorece una focalización excesiva e importancia emocional sobre este pensamiento, lo que propicia un bucle en el que la persona trata de evitar este pensamiento, sintiendo ansiedad y miedo ante la imposibilidad de controlarlo, pero paradójicamente consigue que este aparezca de forma recurrente.
  • Sobreestimación de la importancia del pensamiento: error cognitivo que implica una atribución de significado personal y negativo a un pensamiento, este se concibe como revelador de la propia naturaleza de la persona y sus características; la persona es todo aquello que piensa.
  • Fusión pensamiento-acción de tipo moral: otra distorsión de pensamiento por el que se cree que los pensamientos son equivalentes de forma moral a las acciones, por lo tanto, pensar en hacer algo negativo se iguala a realizarlo.
  • Fusión pensamiento-acción de tipo probabilidad: creencia errónea que implica que pensar en algo aumenta la probabilidad de que ocurra.
  • Responsabilidad excesiva: cognición de que la propia persona tiene poder de influencia y decisión en cuanto a la provocación y evitación de ciertos acontecimientos negativos y catastróficos.
  • Importancia del control de pensamientos: creer que el control absoluto sobre los pensamientos e imágenes es posible, así como sobrevaloración de la importancia de poseer un control mental completo.
  • Situaciones vitales: los momentos vitales en los que se experimentan niveles muy elevados de estrés y ansiedad, que resultan difíciles de gestionar y afrontar, pueden ser contextos de vulnerabilidad para los pensamientos intrusivos y obsesivos. Los acontecimientos estresantes favorecen la aparición de pensamientos involuntarios e indeseados y el propio estado emocional de ansiedad puede facilitar que se dirija la atención en exceso hacia ellos.
  • Rasgos de personalidad: algunas características de personalidad como la hiperresponsabilidad, el perfeccionismo, excesiva necesidad de control, alta autoexigencia, moral estricta y neuroticismo se han asociado como factores de riesgo para los pensamientos obsesivos y la fobia de impulsión.
  • Impacto de algún hecho o noticia: en algunos casos ver u oír alguna noticia desagradable con gran impacto emocional, es el factor que desencadena que una persona comience a plantearse si sería capaz de realizar lo mismo, si podría perder el control de esa forma.
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Fobia de impulsión: tratamiento

¿Cómo superar el miedo a hacer daño a alguien? Es posible que una persona que esté padeciendo una fobia de impulsión evite acudir a atención especializada. Esto es debido a los sentimientos de culpabilidad y vergüenza asociados a los pensamientos y/o imágenes que intenta evitar sin éxito. Sin embargo, para tratar la fobia de impulsión es importante acudir a un especialista.

¿Cómo superar la fobia de impulsión? El tratamiento de la fobia de impulsión incluye los siguientes ejes de trabajo:

  1. Psicoeducación: explicación teórica acerca de la fobia de impulsión, su sintomatología, los pensamientos intrusivos y obsesivos, así como del mecanismo del pensamiento obsesivo, errores de pensamiento y circunstancias que favorecen la aparición de este trastorno. Asimismo, concienciación e información acerca de la normalidad y frecuencia de pensamientos intrusivos en la mayoría de las personas con el objetivo de promover su normalización.
  2. Exposición: es necesario explicar el papel reforzador de las conductas evitativas en este trastorno e identificar aquellas que presenta la persona. Posteriormente, la persona afronta de manera gradual y se expone a aquellas situaciones que evita de forma activa. Por ejemplo, la exposición puede realizarse en el metro, en el caso de que la persona evite usar este transporte por miedo de lanzarse o lanzar a otra persona a las vías, o a los cuchillos si teme dañarse a sí misma o a otras personas.
  3. Exposición a los pensamientos obsesivos: otra variante de la técnica de exposición es aplicarla a los pensamientos de tipo obsesivo, ya que también se produce un intento de evitación y control de estos. Para ello se puede pedir a la persona que repita el pensamiento mentalmente, que lo escriba varias veces en un papel o que lo grabe y lo escuche varias veces.
  4. Relajación y respiración: entrenamiento en técnicas de relajación y respiración de forma previa a la exposición puede mejorar la efectividad de la técnica de exposición.
  5. Reestructuración cognitiva: se aplica en el abordaje de las distorsiones cognitivas y la interpretación catastrofista del pensamiento, con el objetivo de generar cogniciones e interpretaciones más realistas y funcionales. Se fomenta la desidentificación personal del pensamiento y se realiza un cuestionamiento de las creencias y de su incongruencia.
  6. Estado de ánimo: el estado de ánimo suele verse afectado en las personas que sufren esta fobia. Asimismo, un estado negativo favorece la irrupción de pensamientos desagradables, por ello es necesario una intervención que lo contemple. Se realiza una promoción de hábitos saludables, alimentación, higiene del sueño y deporte, así como se confecciona una lista con actividades gratificantes y que resulten de interés para la persona, todo ello con el objetivo de generar una programación de tareas.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
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  • Nardone, G. (2012). Miedo, pánico, fobias: la terapia breve. Herder Editorial.
  • Vellosillo, P. S., & Vicario, A. F. C. (2015). Trastorno obsesivo compulsivo. Medicine-Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 11(84), 5008-5014.
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