Dismorfia corporal: qué es, causas, síntomas y tratamiento
Los medios de la comunicación, las redes sociales y la cultura en general promueven una presión estética muy fuerte. En muchas ocasiones, eso provoca una preocupación por el aspecto físico. Sin embargo, la atención y preocupación excesiva por la propia imagen puede tener consecuencias graves como el trastorno dismórfico corporal.
Las personas con esta patología desarrollan una percepción distorsionada sobre diferentes aspectos de su físico y llevan a cabo una serie de conductas repetitivas. Si quieres saber más acerca de este trastorno, este artículo de Psicología-Online, hablaremos sobre la dismorfia corporal: qué es, causas, síntomas y tratamiento.
Qué es la dismorfia corporal
La dismorfia corporal, dismorfofobia o trastorno dismórfico corporal es un trastorno psicológico relacionado con la autoimagen física y corporal. Las personas que sufren esta patología tienen una percepción distorsionada y desmesurada de un defecto físico, ya sea real o imaginario, y se obsesionan por la apariencia física de una parte del cuerpo en concreto.
Esta patología suele manifestarse en la etapa de la adolescencia, ya que es cuando se desarrolla la identidad y se le da una gran importancia a la autoimagen, sin embargo, puede aparecer en cualquier momento. Entre las preocupaciones más prevalentes se encuentran las faciales, como la piel, el pelo o la nariz, aunque el foco de preocupación puede ser cualquier área corporal o la asimetría de alguna de las partes del cuerpo.
La dismorfia corporal o trastorno dismórfico corporal afecta tanto a hombres como mujeres, aunque estos suelen preocuparse por sus genitales o por una estructura corporal pequeña, mientras que estas por cara, pelo y pecho. Cuando la obsesión se centra en la masa muscular se denomina dismorfia muscular o vigorexia, mientras que cuando se centra en los dientes se denomina dismorfia dental.
Según el DSM[1], a día de hoy la dismorfia corporal está clasificada en el grupo de “TOC y otros trastornos relacionados”, mientras que antes se hallaba agrupado en “Trastornos somatomorfos”. Esta variación se debe a que en este trastorno priman el miedo y la ansiedad y no los síntomas físicos o corporales. Por lo que esta clasificación actual es fan afín con las características propias de la dismorfia corporal que la anterior.
Causas de la dismorfia corporal
Actualmente, se desconocen las causas de la dismorfia corporal o dismorfofobia, pero se han identificado una serie de factores de riesgo que podrían propiciar y explicar la aparición de esta patología. Te los mostramos a continuación:
- Contexto social: en las redes sociales y los medios de la comunicación existe una cultura de la imagen que afecta a la percepción e importancia que le dan las personas a su propio físico. Los cánones de belleza y los mensajes mediáticos generan una presión en las personas por lograr una imagen en base a unos estándares promovidos por la sociedad.
- Bullying: las experiencias traumáticas en la infancia y/o adolescencia relacionadas con el acoso, la humillación o las críticas acerca de la imagen y apariencia física por parte de compañeros y compañeras de clase son un factor de riesgo para la génesis de esta patología. En el siguiente artículo encontrarás qué hacer en caso de bullying escolar.
- Maltrato psicológico por parte de la pareja: hace referencia a la presión y exigencias por cumplir los estándares de belleza impuestos por una pareja afectiva. En este maltrato también se dan las humillaciones, las críticas y el chantaje emocional. Es importante saber cómo detectar el maltrato psicológico en la pareja.
- Estilos de crianza: las familias que ejercen excesiva presión en el aspecto estético hacen uso de la crítica y la humillación a sus hijos o hijas. Esto puede constituir un disparador de este trastorno.
- Rasgos de personalidad: existen una serie de rasgos de personalidad que se asocian con la dismorfia corporal como la baja autoestima, el perfeccionismo, el neuroticismo o la inseguridad.
- Antecedentes de problemas físicos en la adolescencia: la vivencia de complejos o estigmas físicos en el período de la adolescencia, como por ejemplo acné, puede favorecer el desarrollo de inseguridades y de atención y vigilancia excesiva de la propia imagen en el futuro.
- Vivencias negativas o traumáticas como el abandono, tanto físico como emocional, promueven la inseguridad, el miedo patológico al rechazo y la necesidad de aprobación social mediante el aspecto físico.
- Procesamiento visual: las personas con este trastorno tienen la tendencia de realizar un procesamiento visual centrado en los detalles y no holístico o global. Esta sensibilidad a los detalles no se limita únicamente a la apariencia externa, también a la percepción de otros aspectos visuales de la realidad.
Síntomas de dismorfia corporal
¿Cómo saber si tengo dismorfia corporal? A continuación encontrarás un listado con los síntomas del trastorno dismórfico corporal más frecuentes que sirven para evaluar el trastorno dismórfico corporal o dismorfofobia y sus efectos:
- Preocupación excesiva por uno o más defectos, reales o imaginados. El resto de las personas no los observan o no le otorgan apenas importancia en comparación con la persona que los percibe.
- Percepción distorsionada o exagerada de las imperfecciones y defectos en los que se focaliza el sujeto.
- Mantenimiento de esta creencia como objetiva e inamovible, aunque su entorno no la comparta. Pueden llegar a creer que su entorno no le dice la verdad acerca de su aspecto físico y le engañan para no hacerle sufrir.
- Las preocupaciones acerca de estos defectos son constantes, se producen rumiaciones o pensamientos obsesivos acerca de estos.
- Autoverbalizaciones negativas acerca del propio cuerpo o cara, provocando un desprecio sobre el propio físico.
- Comportamientos repetitivos como mirarse al espejo, asearse en exceso, aplicarse maquillaje constantemente, etc.
- Rituales mentales repetitivos como compararse mentalmente con otras personas o gente famosa continuamente.
- Evitación del propio reflejo, de los espejos y de las imágenes o vídeos en los que se ve reflejado/a.
- Intentos de ocultar o disimular los defectos percibidos mediante ropa, maquillaje o peinado.
- Evitación de situaciones sociales por miedo o vergüenza, lo que puede llevar al aislamiento social.
- Uso de una gran variedad de productos estéticos, así como pueden acudir a profesionales de la estética o intentar diferentes procedimientos estéticos. Todo ello sin lograr una satisfacción con el resultado.
- Uso de técnicas de desviación de la imagen para ocultar imperfección percibida como emplear ropa o complementos extravagantes y llamativos.
- Búsqueda de información en diferentes fuentes acerca del área física que le preocupa.
- Sentimientos de miedo y ansiedad ante situaciones sociales, ya que temen que otras personas puedan ver aquellos defectos que perciben y burlarse de ellos. En este artículo encontrarás más información sobre el miedo y la ansiedad.
- Sentimientos de inseguridad e inferioridad acerca de la propia imagen.
- Emociones como angustia y tristeza a causa de las preocupaciones.
Tratamiento de la dismorfia corporal
Las personas con trastorno dismórfico corporal pueden mostrarse reticentes a la intervención psicológica, ya que no perciben su problema como subjetivo, sino como físico y objetivo. Por ello, acuden a especialistas estéticos, pues estas personas se encuentran motivadas por un cambio físico y externo, pero no psicológico.
A pesar de ello, existe tratamiento psicológico para la dismorfia corporal, cuyos objetivos son la modificación de autoverbalizaciones negativas y de creencias irracionales acerca de la imagen física, la reducción y desaparición de las conductas obsesivas y la tolerancia de la propia imagen.
¿Cómo superar la dismorfia corporal? A continuación, explicaremos las diferentes partes del tratamiento de la dismorfofobia o el trastorno dismórfico corporal:
- Psicoeducación: en el primer paso del tratamiento de la dismorfofobia se da información sobre el trastorno, sus síntomas, así como los conceptos de apariencia física e imagen corporal. Se buscar lograr la motivación y compromiso del o la paciente.
- Técnica de exposición: técnica de afrontamiento de aquellas situaciones que provoquen ansiedad y preocupación. La exposición se desarrolla de manera gradual y con previo entrenamiento. Asimismo, es recomendable el entrenamiento en técnicas de relajación y respiración para facilitar la exposición.
- Técnica de prevención de respuesta: técnica complementaria a la de exposición para curar la dismorfia corporal. Con este entrenamiento se pretende evitar la realización de conductas obsesivas. Por ello, se puede fijar un tiempo límite para vestirse y maquillarse, salir a la calle sin mirarse antes al espejo, etc.
- Técnica de exposición al espejo: se llevan a cabo diferentes ejercicios. En uno de ellos se le pide al o la paciente con este trastorno que describa su cuerpo de manera objetiva, mediante la guía e instrucciones del terapeuta. También se le pide que exprese los sentimientos que le vienen al contemplarse en el espejo, así como que señale algunas partes del cuerpo que le agraden o desagraden menos que el resto y que realice una valoración positiva.
- Reestructuración cognitiva: en relación con las cogniciones y creencias distorsionadas, se hace uso de la técnica de reestructuración cognitiva. Se explica a la persona la influencia de los pensamientos en las emociones y conductas. Luego se realizan registros e identificación de pensamientos desadaptativos, que se ponen a prueba o en duda y, finalmente, se promueve la sustitución de estos por otras cogniciones más funcionales.
- Complementación de la terapia: puede complementarse con trabajo de la autoestima y/o de las habilidades sociales en función de las necesidades del o la paciente y del tratamiento.
Cómo prevenir la dismorfia corporal
A la hora de ayudar a que alguien querido no desarrolle dismorfia corporal, es muy recomendable saber cómo prevenirla. Concretamente, las claves para prevenir el trastorno dismorfico corporal son las siguientes:
- Desarrollar la autoestima desde la infancia, tanto en el ámbito de la escuela como en el familiar. Debe fomentarse la aceptación y estima del propio cuerpo, así como la valoración de otras capacidades o habilidades más allá de la imagen. Para ello, puede ser útil conocer estas actividades para fortalecer la autoestima en niños.
- Proveer información acerca de los cambios físicos y corporales que se producen a lo largo de la adolescencia. Es importante que las personas jóvenes conozcan el funcionamiento de su propio cuerpo, las variaciones que se producen y el por qué. Mediante la información y la comunicación se evita que el funcionamiento físico constituya un tema tabú y objeto de vergüenza.
- Fomentar una actitud crítica acerca de los cánones de belleza impuestos por la sociedad y la presión estética a la que las personas se encuentran sometidas. Tener en cuenta que la belleza es subjetiva y que se relaciona con los mandatos e imposiciones de la sociedad y que, además, es una fuente de ingresos económicos para las grandes empresas. Esto puede facilitar el empoderamiento de las personas respecto a su propia imagen.
- Exigir unos medios de comunicación responsables que muestren variedad de rasgos físicos y cuerpos y que promuevan la autoaceptación y autoestima, así como que focalicen su atención en otros aspectos de las personas que no sean únicamente los estéticos.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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- American Psychiatric Association. (2014). DSM-5. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Madrid: Editorial Médica Panamericana, S.A.
- Arab, E. (2010). Trastorno dismórfico corporal: ¿temor a la fealdad, obsesión por la belleza, síntoma o enfermedad? Medwave, 10(05).
- Salaberría, K., Borda Más, M., Amor Andrés, P. J., & Echeburúa Odriozola, E. (2000). Tratamiento del trastorno dismórfico corporal: una revisión crítica.
- Sandoval, M., García-Huidobro, I., & Pérez-Cotapos, M. L. (2009). Trastorno Dismórfico Corporal. Rev. chil. dermatol, 25(3), 244-250.